Tuesday, December 19, 2006

ANTOLOGIA DE LA "MINIFICCIÒN" PERUANA


Antología reúne “minificción” de autores peruanos
LIMA, Perú, oct 27 (Librusa) – Una selección de minitextos, desde el Inca Garcilaso de la Vega hasta escritores de recientes promociones, aparece reunida en “Breves, brevísimos. Antología de la minificción peruana”, publicada por el sello El Santo Oficio.
Editado por Giovanna Minardi, catedrática de la Universidad de Palermo, Italia, el libro “pretende dibujar un mapa aproximado de la producción minificcional en el Perú, para que el lector pueda ingresar en este campo tan poco conocido en su territorio nacional”, según indica un comunicado.
“Son textos escépticos, ambiguos, cáusticos, que utilizan con frecuencia la ironía, la paradoja, el ingenio y la recreación de cierta tradición oral y popular”, explica la nota.
De acuerdo con el prólogo de la propia Minardi, “los minitextos que componen este libro pueden clasificarse como: minicuentos que tienen una estructura lógica y secuencial, aunque no siempre presentan la estructura de los cuentos de extensión convencional, es decir que suelen concluir con una broma o con una paradoja”.
Los autores incluidos son Felipe Buendía, Carlos Eduardo Zavaleta, Jorge Díaz Herrera, Ana María Intili, Armando Arteaga, Isaac Goldemberg, Fernando Iwasaki, César Vallejo, Mario Guevara, José Adolph, Julio Ramón Ribeyro, José Beltrán, Abraham Valdelomar y Alfonso La Torre.
También figuran Ricardo Palma, Héctor Velarde, José María Arguedas, Lucía Fox, Carlos Meneses, Antonio Gálvez Ronceros, Luis Loayza, Arturo Corcuera, Antonio Cisneros, Julio Ortega, Elsa Vértiz, Guillermo Niño de Guzmán, Carlos Herrera, Patricia De Souza, Carlos Rengifo, Enrique Tamay y Grecia Cáceres.





Saturday, December 16, 2006

LAS PATALETAS DE UN POETA MENOR/ CARLOS RENGIFO

LAS PATALETAS DE UN POETA MENOR


Carlos Rengifo



Érase un poeta menor que se las daba de bacán, que creía ser el belcebú de una generación noventera, el heredero único de la palabra mal escrita, el plus ultra del verso de callejón.

Para él quedaban chicos los vallejos y los watanabes, a él no había que hablarle de minucias; su sola labia poética bastaba para dejar chiquitos hasta a los mismísimos Eguren y Martín Adán.

Su ego era tan elefantiásico que basureaba a quienes le decían que sus poemitas eran eso, simples poemitas, y andaba en busca de la gloria que, ¡desconsiderada!, le era esquiva, pero que algún día tenía que postrarse a sus pies.

Siempre supo que para llegar a tocar la punta del zapato de Rimbaud había que levantar la voz (aunque fuera desafinada); que había que hacer bulla, aunque en el fondo estuviera muriéndose de miedo ante sus falencias.

Tenía muy claro que si quería ser el mejor poeta de los noventa, no importaba serlo sino parecerlo. Así que pensó que si alzaba la frente, si maquinaba un rollo anarquista, si soltaba por ahí alguna habladuría que lo colocara en una posición de Heraud trasnochado, de Gonzalo Rose en abstinencia, era posible que los incrédulos se lo creyeran.

Pero todo aquello no era más que fanfarria, castillos en el aire, utilería de programa cómico, pues en su fuero interno el poeta menor sabía que no podía competir con los de su generación, que era poquita cosa al lado de los verdaderos poetas que sí escribían poesía y tenían algo que decir.

Entonces, para no quedarse atrás, para no sentirse inferior a los ybarras o ildefonsos, lo que hacía era pagar para salir editado, para aparecer orondo junto a los vates que lo acogían por compasión y a quienes, por supuesto, les invitaba las chelas en cantidades como muestra de su agradecimiento.

El poeta menor, pobre, estaba ciego, vivía en la fantasía, en la nebulosidad del error; no sabía ni sospechaba siquiera que quienes tomaban con él le hacían caso solo para no perderse las botellas (¡ni cojudos que fueran!) y que ninguno le diría sus verdades en su cara pelada porque sería demasiado penoso arrancarle la sonrisa de poeta triunfador.

Hasta que un día alguien le dijo su verdad y entonces el poeta menor empezó a patalear, se cojudeó, se le subió la presión, sus sueños de ser el primer poeta presidente de la República se iban al agua. ¡Pero cómo, si él era el Walt Whitman del barrio, el Verlaine de la esquina, la Gertrude Stein de la generación pepsi!

De modo que ipso facto empezó a escribir una carta de desagravio, todo es falso, una calumnia, el señor miente, oh, dios mío, me va a dar un síncope; la envidia, la mala leche, los «insultos» y adjetivos son producto de la plebe literaria que no entiende a los iluminados, de los nadie que quieren ser como él, oh, pobre poeta menor, todos están contra él.

Sin embargo, ahora se vuelven a confirmar muchas cosas y el poeta menor, a pesar de eso, debe estar disfrutando de lo lindo al ver que algunos, por fin, hablan de él; debe estar gozando de que hayan pisado el palito, la celada que arrojó para ver si le ligaba, y hayan hecho caso a una bagatela intragable e insufrible cuya finalidad se ve consumada.

Pero sus réplicas lo pintan de cuerpo entero, dejan ver lo caradura que puede ser alguien que lo pillan infraganti en su medianía y se hace el loco silbando para el otro lado. Y es tan mal lector, además, que ni siquiera sabe distinguir el sarcasmo de la ironía, la punzada de la sugerencia.

 


© Carlos Rengifo, 2006.





Monday, August 07, 2006

CHILE DEBE DEVOLVERNOS LOS LIBROS/ ARMANDO ARTEAGA

"La verdad sobre el saqueo"
Biblioteca Nacional del Perù, Av. Abancay.

Esto no es juego. Ni fuego. Chile debe devolvernos los libros saqueados. Si los chilenos le entregan el Premio Pablo Neruda al poeta peruano Carlos German Belli, y en la proxima Feria del Libro que se va a realizar en Santiago, se dice que Perù es el invitado especial, el gesto de la devoluciòn de los libros saqueados en la Guerra del Pacìfico deberìa ser que el actual gobierno nos devuelva nuestros libros. Esos libros son nuestros. A ver si algunos de los "intelectuales" invitados a esa Feria, se pronuncian. Basta de silencios.
Armando Arteaga.
 *
Lùnes, 24 de abril de 2006
REVELA UN DIARIO CHILENO

• La investigación de un periodista del matutino Diario Siete ha permitido reconstruir una historia que hasta ayer permanecía oculta para la opinión pública chilena: la sustracción, en 1881, de miles de libros de la Biblioteca Nacional del Perú.

Incendio y saqueo por Chile de la Biblioteca Nacional.

El saqueo de la Biblioteca de Lima en 1881 se ha mantenido como un secreto inconfesable de la Guerra del Pacífico, incluso ha sido negado por algunos historiadores nacionales. Diario Siete encontró la lista publicada en el Diario Oficial en esas fechas, donde se individualizan 10 mil volúmenes que en su mayoría ingresaron a la Biblioteca Nacional. Tras dos años de negociaciones secretas entre los gobiernos de Chile y Perú, la devolución de parte de este botín de guerra parece inminente.

Marcelo Mendoza. 

Diario Siete.

Incendio y saqueo por Chile de la Biblioteca Nacional.

A días de iniciada la ocupación chilena de la capital peruana, el 17 de enero de 1881, el coronel Pedro Lagos eligió como cuartel de su batallón el palacio de la Biblioteca de Lima, sin saber que atesoraba la más valiosa colección bibliográfica de Latinoamérica (entre 35 mil y 50 mil volúmenes). Tardó un mes en reparar en ese detalle y le pidió a Manuel de Odriozola, su bibliotecario, que le enseñara aquel tesoro. Exigió las llaves de la bóveda en donde se guardaban los libros y lo que vino después fue la expoliación: un saqueo ordenado y diligente, metódicamente militar. A favor del coronel Lagos se debe inferir que la orden vino del gobierno central.
Dos meses después, en una carta a míster Christiancy, embajador de Estados Unidos en Perú, Odriozola, relató lo ocurrido. Trató el hecho de un "crimen de lesa civilización cometido por la autoridad chilena en Lima", agregando: "Apropiarse de bibliotecas, archivos, gabinetes de física y anatómicos, obras de arte, instrumentos o aparatos científicos, y de todo aquello que es indispensable para el progreso intelectual, es revestir la guerra con un carácter de barbarie ajeno a las luces del siglo, a las prácticas del beligerante honrado y a los principios universalmente acatados del derecho". Y termina: "Nadie podría recelar, sin inferir gratuito agravio al gobierno de Chile, gobierno que decanta civilización y cultura, que para él serían considerados como botín de guerra los útiles de la universidad, el gabinete anatómico de la Escuela de Medicina, los instrumentos de las escuelas de Artes y de Minas, los códices del Archivo Nacional, ni los objetos pertenecientes a otras instituciones de carácter puramente científico, literario o artístico (...) Los libros son llevados en carretas, y entiendo que se les embarca con destino a Santiago. La biblioteca, para decirlo todo, ha sido entrada a saco, como si los libros representaran material de guerra".

  Libros incendiados y saqueados en Lima.

El historiador peruano Mariano Paz Soldán en 'Narración histórica de la guerra de Chile contra Perú y Bolivia', publicada en 1904, anota: "Desde ese momento principió el saqueo descarado de ese sagrado depósito (...) Se cargaban carros con toda clase de libros, que se llevaban a casa de los chilenos y de allí, después de escoger lo que les convenía, el resto lo vendían en el mercado al precio de 6 centavos de libra, para envolver especias y cosas por el estilo".
La lista de Domeyko
Podría pensarse que solo es la versión de los vencidos, cargada de resentimiento hacia el invasor. Sin embargo, y pese a que el incómodo tema ha sido omitido por la historiografía nacional, existe un testimonio de peso que confirma el relato peruano de los hechos. Es la versión del sabio Ignacio Domeyko, rector de la Universidad de Chile y entonces el intelectual más prominente del país.

  De ciencia-ficciòn fue la cosa.

En su libro 'Mi viaje', Domeyko se lamenta de que un decreto de Manuel García de la Huerta, ministro de Instrucción Pública del gobierno de Aníbal Pinto, le encomendara clasificar el botín arrebatado a la Biblioteca de Lima, museos y establecimientos varios de aquella capital. Califica la misión como "la más desagradable y antipática, pues me recordaba lo que habían hecho los rusos con muchas bibliotecas y colecciones de la Universidad de Vilna" y señala que habrían llegado "la mitad de los libros que, de acuerdo a informes fidedignos, poseía la ciudad de Lima". Teniendo conciencia de la aberración cometida, quiso dejar un "minucioso inventario de los objetos traídos", exigiendo que sea publicado por el gobierno "para que se viera el poco provecho que aportó al país ese robo y cuánto contribuirá para excitar animosidades entre dos naciones hermanas" (ver recuadro). Hoy, 125 años después, sus palabras ratifican la lucidez y altura moral del sabio polaco.
Escondido en hojas de letra impresa, Diario Siete encontró aquel riguroso inventario que hizo Ignacio Domeyko en colaboración con un bibliófilo tan insigne como Diego Barros Arana. Entre el lunes 22 y el miércoles 24 de agosto de 1881 el Diario Oficial de la República de Chile publicó –con el título de 'Lista de libros traídos de Perú'– un informe de 16 páginas enviado por Domeyko al ministro de Instrucción Pública con los libros y objetos de ciencia robados en Lima y hechos llegar a la Universidad de Chile. Recibió, en dos envíos de la Intendencia General del Ejército, un total de 103 grandes cajones y otros "80 bultos". Separó en cuatro grupos los objetos recibidos: el primero, de "instrumentos y aparatos para la enseñanza de la física y de la química, y una colección de muestras para química orgánica y farmacia"; el segundo, de "preparaciones anatómicas"; el tercero, de "objetos de historia natural"; y el cuarto, de libros. Además, el botín incluía una gran colección geológica de rocas. Sin duda, lo más valioso eran –según Domeyko– "los más de 10 mil volúmenes", muchos de ellos del siglo XVI y XVII, incluidas numerosas joyas bibliográficas universales.
Pese a que muchos aparatos llegaron semidestruidos, el objetivo era enriquecer el patrimonio científico-cultural del país. Debe entenderse que, producto de haber sido una gobernación pobre, a mucha distancia de la holgura del Virreinato del Perú, Chile tenía muy precarios laboratorios y bibliotecas para la formación académica e investigación. Este botín, al entregársele a la universidad, obedeció a una planificada razón de Estado. Su publicación en el Diario Oficial –algo bien sorprendente si no se supiera de la tradición archilegalista chilena– puede ser vista como una muestra de que en el momento no se pensó que aquel botín no era malhabido. Tal vez correspondió a la arrogancia propia de los vencedores, porque después de aparecido en letra de molde, el tema se convirtió en tabú, en materia de rumores soterrados y negados. Hasta hoy.
Domeyko en persona hizo el catálogo de cerca de 150 instrumentos de física y química. El catastro del material anatómico fue hecho por el profesor de patología Francisco Puelma Tupper. Y el tesoro de mayor cuantía, el bibliográfico, fue clasificado en cuatro grupos: obras de historia, literatura y estadística; obras de física, matemática, historia natural y medicina; obras de jurisprudencia; y obras de teología. Barros Arana se encargó de la exhaustiva clasificación de los dos primeros grupos, los de mayor valor, catalogando 1.105 obras (cifra que se multiplica porque la mayoría de las obras tienen varios volúmenes; por ejemplo, Histoire de l’Academie tenía 100 volúmenes) y 222 manuscritos de "historia, literatura y ciencias". También es significativa la cantidad de libros de derecho y teología.
Los días posteriores a esta publicación, el ministro de Instrucción Pública definió el destino final del botín: los aparatos de física y química al Laboratorio de la Universidad de Chile; los anatómicos a su Museo de Anatomía; los objetos de historia natural al Museo Nacional; los libros de viajes a la Oficina Hidrográfica; los de meteorología a la Oficina Meteorológica; y "todos los libros restantes, incluso los de teología, a la Biblioteca Nacional". Desde entonces, se ignora el estado de situación del arsenal bibliográfico arrebatado. Pero es un hecho que varios de los libros más valiosos permanecen en la Sala Medina, el Fondo General y la bóveda de la principal biblioteca del país.
Los volúmenes del Compendio de las crónicas, de Garibay (de 1628), de la Biblioteca clásica latina, de Lamaire (151 volúmenes), del rarísimo libro Teatro del mundo i del tiempo, de Giovanni Galluci (de 1611), o un Diccionario español-latino, de Nebrija, están en la Biblioteca Nacional. Así como extraordinarias colecciones de atlas y libros de viajes de los siglos XVI, XVII y XVIII, incluidos en la lista de Domeyko.
El historiador Claudio Rolle recuerda que para una muestra bibliográfica de 1989, en homenaje al bicentenario de la Revolución Francesa, en la que él participó, tuvieron problemas al exhibir volúmenes de la gran Encyclopédie de Diderot y d’Alembert, porque en su interior había timbres de la Biblioteca de Lima.
–Al final se mostraron ejemplares abiertos, en páginas donde no había timbre alguno –confidencia.
La devolución de los saludos
"Solo tenemos que devolver saludos al Perú", dijo el historiador Sergio Villalobos, justo hace un año, cuando una periodista le preguntó qué quedaba por entregarles a los peruanos de todo el botín sustraído en la Guerra del Pacífico. De un tiempo a esta parte, el Premio Nacional de Historia tiene opiniones poco contemporizadoras en muchos temas. Pero igual extraña su punto de vista, alineado a las voces más conservadoras del país, toda vez que él fue director de la Dibam, la institución responsable del tesoro bibliográfico de la Biblioteca Nacional, y como tal debió saber que numerosos libros de valor se guardan en bóveda porque poseen un timbre que reza: "Biblioteca de Lima".
Para quienes han hecho investigaciones en nuestra biblioteca esto no es misterio. De forma soterrada, siempre se ha sabido que libros de la rica colección que allí se atesora –una de las tres más importantes del mundo en obras de y sobre América– provinieron del Perú como botín de guerra. Pero tampoco puede negarse que el grueso de nuestro tesoro bibliográfico es la extraordinaria colección de José Toribio Medina, agregándose a ello la biblioteca legada por Diego Barros Arana.
Aún persisten políticos e historiadores que consideran casi como un "gaje del oficio de guerra" el saqueo y robo de las pertenencias enemigas o que, en su defecto, estiman que hubo "un saqueo menor"; incluso que muchos libros fueron devueltos y, si quedaran, estarían en manos particulares porque habrían sido vendidos en el mercado negro por peruanos cuando Lima era regentada por el almirante chileno Patricio Lynch.
Villalobos se ubica en este último grupo. "Se tomaron algunas cosas de la biblioteca, principalmente obras de carácter religioso, que después fueron solicitadas por el gobierno peruano y devueltas por el presidente Santa María. Pero se encontró una cantidad de libros mínima", dijo, señalando que "los principales destructores de la Biblioteca Nacional de Lima han sido los limeños", para rematar así: "Creo que ya no correspondería devolución, si es que quedan textos peruanos en Chile".
En tiempos en que está muy fresco el brutal saqueo del museo y biblioteca de Bagdad, tras la ocupación estadounidense de Irak (se destruyeron y desaparecieron innumerables piezas y manuscritos de miles de años de antigüedad), resultan difíciles de justificar las razones para no reponer agravios cometidos en mala lid. Tal como lo contó Diario Siete en noviembre último, el botín chileno arrebatado en el conflicto bélico contra Perú y Bolivia no se limitó a los "trofeos de guerra", a lo conseguido en combate, como es el caso del Huáscar.
La devolución
Es probable que en los próximos meses el gobierno chileno devuelva a Perú algunos de los libros de aquel saqueo. Un rol clave en ello le ha cabido a Sergio Bitar, ex ministro de Educación. Hace dos años, a solicitud de su homólogo peruano, ayudó a crear un comité en Cancillería, especialmente abocado al tema de la "reparación de guerra" hacia el país vecino.
El miércoles de esta semana, Sinesio López, director de la Biblioteca Nacional del Perú, informó que ya estaba sellado un acuerdo oficial para la devolución de libros, y se quejó de que demoraba demasiado en concretarse. El ministro peruano de Educación, Javier Sota Nadal, ratificó lo dicho. "Hasta ahora hemos recibido señales positivas y ojalá esto se concrete –dijo–. Yo conversé con Sergio Bitar sobre el tema y en las conversaciones, que obviamente no puedo revelar, he encontrado aproximación".
Los gobiernos de Lagos y Toledo dialogaron para conseguir la devolución, no solo de libros, sino también de otros objetos patrimoniales que las tropas chilenas arrebataron en Lima. En esta tarea tuvo un rol de mediación Esteban Silva, ex asesor chileno de Alejandro Toledo y militante del PS. Los peruanos esperaban que este 27 de marzo, para la inauguración del moderno edificio de la Biblioteca Nacional del Perú, ocurriera el mentado gesto, pero no fue así. En su momento, el Presidente Frei ya había entregado 50 documentos peruanos que se conservaban en nuestro Archivo Nacional. Pero los peruanos nunca supieron qué libros ni qué cantidad exacta salieron en carretillas de la bóveda que cobijaba su tesoro bibliográfico. Ahora, al divulgar Diario Siete la lista de Domeyko, recién se empieza a conocer la verdad histórica del saqueo bibliográfico de Lima.
Michelle Bachelet, estando en campaña, prometió concretar los gestos de reparación hacia Perú. De hecho, como ministra de Defensa, mantuvo excelentes relaciones con el mundo militar peruano. Pero es un tema sensible y cada vez que se plantea un cúmulo de voces aparecen oponiéndose, como de hecho lo hicieron un par de diputados de la derecha. Igual, las cosas parecen haber cambiado. Y mucho: Jorge Arancibia –el ex comandante en jefe de la Armada, y hoy senador de la UDI– anunció su disposición a efectuar devoluciones a Perú del botín de guerra del Pacífico. "(Estoy) llano a traspasar documentos históricos u otros elementos que signifiquen un gesto de buena voluntad. Me parece perfectamente bien", dijo.
El ex ministro Bitar ratifica a Diario Siete las informaciones de Perú:
–Con mi amigo Sota Nadal conversamos el tema y vimos las condiciones que debían darse para la devolución de libros –cuenta–. Se formó una comisión de expertos para analizar los libros peruanos que se conservan en la Biblioteca Nacional y me parece que son más de 500. Lo importante es dar un paso. Perú puso un busto de O’Higgins en su Panteón de los Próceres. Tras la Guerra del Pacífico, era el único prócer ausente.
En todo caso, la decisión de devolver parte de aquellos 10 mil volúmenes expoliados de la Biblioteca de Lima en 1881 es un asunto de Estado. Y como tal solo una persona decidirá cuándo se realiza: la Presidenta Bachelet. Es probable que, al difundirse hoy el informe del acucioso rector Domeyko, se apuren las cosas.
Algunas joyas
Los siguientes son algunos libros valiosos consignados por Ignacio Domeyko en su inventario de 1881. (No hay certeza de que todas estas obras permanezcan en la Biblioteca Nacional).
Jasonis, Conciliarum (1534)Golius, Lexicon arabicum latinum (Leiden, 1653)Los triunfos de Petrarca (1555)Crónica de don Juan Segundo ("edición gótica de 1543 mandada a imprimir por Carlos V")Histoire general de voyages (1747) (17 volúmenes) Juan González de Mendoza, Historia de China (Amberes, 1596)Plutarco, Obras (1551)Padre Madariaga, Del Senado i de su Príncipe (1555)Cronica del Rei don Rodrigo (1549, "edición gótica de Toledo")Diderot y D’Alembert, Encyclopedie del XVIII (35 tomos)Pimentel, Arte de navegar (en portugués)Toldrá, Justificación histórica de la venida del apóstol Santiago a EspañaLipenu, Bibliotheca philosophica (1682)Arte de verificar las fechas (incompleta)Garibay, Compendio de las crónicas... (1628)Antonio de Herrera, Agricultura jeneral (1790)Aimondi, Cronicon Francorum (París, 1603)Artes de la Inquisición españolaJuan de Mena, Las TrescientasBiblioteca clásica latina (151 volúmenes)Giovanni Galluci, Teatro del mundo i del tiempo (1611)Garcilaso de la Vega, Historia General del Perú (Córdoba, 1617)Imperatum Romanorum (Zúrich, 1559, "notables los grabados y la edición")D’Orbigny, Dictionaire d’histoire naturalle (París, 1861, 11 volúmenes)Cédulas Reales (1563)Annales d'ygiene publique (80 volúmenes)Fray Luis de León, Cartas pastoralesBiblia latina (1550)

Wednesday, April 05, 2006

¿ARDE PARIS O PARIS ES UNA FIESTA?

Siguen protestas estudiantes en Paris

10:28 AM
30 (AFP) - Los estudiantes franceses que se oponen al nuevo Contrato de Primer Empleo (CPE) bloquearon el jueves el tráfico rodado y ocuparon estaciones de ferrocarril en varias ciudades del país, en una nueva jornada de acciones para hacer ceder al gobierno de Dominique de Villepin.
Estas acciones se producen cuando se espera para última hora de la tarde del jueves una decisión del Consejo Constitucional sobre la validez de la ley que instituye el CPE, origen de la revuelta, que podría ir seguida de un mensaje por televisión del presidente Jacques Chirac.
En Nantes, la gran ciudad del oeste de Francia, cientos de estudiantes bloquearon el jueves por la mañana los principales puentes sobre el río Loira, provocando varias decenas de kilómetros de atascos.
En Marsella (sur), la segunda ciudad del país, unos 200 estudiantes universitarios y liceanos invadieron la vía férrea de la estación principal, impidiendo la partida de todos los trenes.
Anteriormente, los estudiantes bloquearon durante dos horas los diversos accesos a las autopista en torno a la ciudad de Aix en Provence (sur).
En el norte, la circulación en las vías de acceso a Lille y Dunkerque también estaba perturbada por acciones estudiantiles.
La estación de Roanne (centro) fue ocupada por unos 400 liceanos que se instalaron en la vía férrea.
Por otra parte, numerosos institutos estaban bloqueados el jueves por la mañana pese a la orden de liberar el acceso a los centros, incluso con ayuda de la policía, dada el miércoles por el ministro de Educación, Gilles de Robien.
Los sindicatos, las organizaciones de estudiantes y de padres de alumnos advirtieron sobre "cualquier tentativa de utilizar la fuerza" y una asociación de padres incluso acusó al ministro de "echar leña al fuego".
En París, donde unos 40 de los 110 liceos estaban perturbados, sólo se registró una intervención policial para abrir un liceo del Barrio Latino, donde los alumnos que trataban de bloquear el establecimiento fueron dispersados sin incidentes.
Los estudiantes franceses se preparan para la gran batalla


El Parlamento debatirá las modificaciones a la reforma laboral. Crece la oposición al compromiso de Chirac. Se organiza el paro general. Los socialistas elaboran un proyecto. El error de Villepin.
HASTA EL FINAL. La asamblea de estudiantes de Lille ratifica las medidas de fuerza en contra del CPE. REUTER
PARIS.- Los estudiantes franceses celebraron ayer asambleas en la mayoría de las ciudades del país, en las que se reafirmó la decisión de continuar la lucha contra la reforma laboral que refrendará el presidente, Jacques Chirac. Mientras se alzan más voces opositoras al controvertido Contrato de Primer Empleo (CPE), que regirá para los menores de 26 años, los parlamentarios del gobernante partido conservador ajustan el proyecto de ley modificatorio, en los términos propuestos por el mismo Chirac el viernes, y que sólo sirvieron para animar a nuevas protestas.El CPE junior, como llama ahora la prensa al proyecto en marcha, consta de dos artículos: uno establece un período de prueba de un año para los empleados, y otro obliga a los empleadores a ofrecer una razón para despedir a un trabajador. La ley original, que promulgará Chirac, fija el período de prueba en dos años y faculta al empleador para el despido sin causa. Los parlamentarios tratan de que la Asamblea Nacional apruebe la ley esta semana, para cuando se prevén nuevas manifestaciones de protesta en todo el país, además de un paro y movilización general para el martes.Iniciativa simbólicaPor su parte, los socialistas anunciaron que presentarán un proyecto de ley para anular directamente el CPE. Según el líder de esta facción política, Francois Hollande, Chirac creó un embrollo judicial al dar curso a una ley y anunciar en el mismo acto que la modificará. “La única manera de poner fin al conflicto es rechazar el CPE”, dijo Hollande. Sin embargo, el anunciado proyecto sólo tiene carácter simbólico, ya que los conservadores son mayoría en el Parlamento.Según observadores, el primer ministro, Dominique de Villepin, es el principal responsable de la actual crisis, por haber promovido el CPE sin efectuar consulta alguna con los otros partidos o siquiera con los sindicatos. La apertura al diálogo, solicitada durante la semana por el gobierno y reiterada ayer por el propio Chicar, resulta ahora tardía. Las protestas se han multiplicado junto con la cantidad de detenidos y heridos. Además, el conflicto está siendo aprovechado por grupos de inadaptados que provocan desmanes y saqueos, además de agredir a la gente en las manifestaciones.Más de 100 detenidos dejó la turbulenta noche que siguió al discurso de Chirac, el viernes. Las marchas estudiantiles de protesta y los enfrentamientos con la policía se sucedieron en París, Lyon, Nantes, Estrasburgo y Burdeos, entre otras ciudades. (Reuter-DPA-AFP-NA)

Monday, April 03, 2006

DESAFÌO AL ESTABLISHMENT

 INMIGRACIÓN: Desafío al establishment
Alberto Avilés Senés
29 de marzo de 2006

This is only a warning (esta es sólo una advertencia), rezaba una pancarta en la marcha de más de medio millón de inmigrantes que el sábado nos lanzamos a la calle en Los Ángeles, California, a exigir respeto a nuestros derechos. En esta cinco palabras se resumión un nuevo fenómeno que de ahora en adelante marcará el paso de las luchas sociales en Estados Unidos.

Esta manifestación es la mayor movilización de migrantes en la historia de la Unión Americana y la mayor concentración jamás habida en Los Ángeles, superior incluso a las protestas que en 1994 escenificaron unas 150 mil personas oponiéndose a la Propuesta 187, de infame memoria, que pretendía despojar a los inmigrantes y sus hijos de servicios básicos.
La 187 procuraba también convertir en denunciantes obligados a todos los empleados públicos cuando hubiera “sospecha” de que alguien estaba en el país de manera indocumentada. Y si bien fue aprobada en ese año por los electores (25% de ellos latinos), la medida fue desafiada judicialmente y jamás entró en vigor.
Doce años después, en este país está diseminándose un movimiento de reivindicación laboral y de derechos civiles, encabezado y compuesto casi exclusivamente por migrantes, que nace con mucho mayor fuerza de la que mostraron los anteriores —incluyendo las luchas sindicales de Chicago en el siglo XIX, o el pronunciamiento estudiantil (los famosos walkouts) y la Moratoria Chicana en Los Ángeles en los 60—, equiparable sólo al movimiento de los derechos civiles que encabezó el reverendo Martín Luther King también en los 60 .
En las últimas dos semanas, en más de 15 ciudades, literalmente cubriendo todas las regiones del país, han habido marchas de protesta protagonizadas por migrantes que supera todas las marcas históricas de asis-tencia.
Durante la marcha del sábado en Los Ángeles, llena de color y de ingenio en las consignas y pancartas, no hubo un solo arresto y no se registró ningún incidente violento.
Pero no es únicamente el tamaño de las concentraciones lo que define a este movimiento. Los migrantes latinos recientes (aquí todos somos migrantes, excepto los indios nativos), hemos perdido el temor a ganar la calle, y a ello se han sumado factores decisivos como el enérgico apoyo de los medios de comunicación, los clubes y federaciones de oriundos, la Iglesia Católica y políticos como el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, quien fue uno de los convocantes a la marcha y orador principal al culminar ésta en las escalinatas de la alcaldía.
En un artículo editorial que publicó la semana pasada The New York Times, el cardenal Roger Mahony, arzobispo de Los Ángeles, advirtió que su arquidiócesis desobedecería cualquier ley que prohibiera prestar asistencia a personas indocumentadas, como propone la iniciativa de ley HR 4437, que fue ya aprobada por la Cámara Baja y aguarda la confirmación o el rechazo del Senado estadounidense a finales de este semana.
Dicha ley, que convierte en criminales no sólo a los inmigrantes indocumentados sino también a toda persona que les dé trabajo o les auxilie de cualquier manera, ha sido el centro de las protestas que han cundido en el país (Chicago, Los Ángeles, Denver, Charlotte, Tucson, Sacramento, Trenton, Washington, D.C., Phoenix, Milwaukee, Cleveland, Atlanta, Kansas City, San Francisco, y contando...).
Si la simple amenaza de que una ley draconiana pudiera promulgarse ha generado todo este clamor, imaginemos qué podría ocurrir en caso de que fuera aprobada.
La otra buena noticia es que en Estados Unidos el establishment sólo reacciona cuando tiene enfrente una fuerza que lo amenaza. Las conquistas laborales hoy vigentes tuvieron su origen en el movimiento sindical de Chicago; la legislación de los derechos civiles fue producto de la enorme presión que ejerció el movimiento del reverendo Martin Luther King, y ahora en las universidades del país estudia un número cada vez mayor de latinos debido al excepcional desafío que representó la Moratoria Chicana.
Sin adelantar vísperas, bien podríamos afirmar que después de andanada tras andanada de los pequeños pero ruidosos sectores racistas de la sociedad, los migrantes latinos de este país empiezan a comprender que su destino no está en manos de quienes los defienden, sino en las suyas propias.
 Alberto Avilés Senés es periodista mexicano radicado en Los Ángeles. 
avilesalberto@msn.com

Friday, March 31, 2006

GREMIO NACIONAL DE ESCRITORES PERUANOS

Foto: Congreso de escritores en Huari-Ancash.

GREMIO NACIONAL DE ESCRITORES PERUANOS
Declaración de principios
-Proyecto-



I. ANTECEDENTES 
El escritor peruano, vista la escena contemporánea, siempre ha mostrado una tendencia a organizarse, es decir, a construir espacios específicos que le propicien mejores condiciones para el desarrollo de su actividad creadora. En las primeras décadas del siglo XX la inquietud del escritor por agruparse, se manifestó en la emergencia y profusión de talleres, bibliotecas, círculos, núcleos y publicaciones, ligados en buena medida a la fecunda actividad gremial de los trabajadores, aunque fundamentalmente con un signo de difusión masiva de la creación literaria así como de labor pedagógica entre los mismos.
Ello ha sucedido desde los albores del siglo pasado, bajo la influencia predominante del anarquismo, luego del socialismo y la ejemplar labor de José Carlos Mariátegui y los intelectuales populares de la época, cuya prédica acerca de la necesidad de que el intelectual consciente se fusionara con el movimiento obrero y popular fue de notable importancia. Infinidad de publicaciones políticas, culturales y literarias ilustran lo dicho. Tal situación, si bien es cierto fue más notoria en la capital, se reprodujo en las principales ciudades del país, al compás de la inserción de las ideas de avanzada dentro de los trabajadores de la ciudad y el campo.
A partir de la década del 30, se frustra el proceso de fusión entre los intelectuales y las masas proletarias y populares, pero no el permanente esfuerzo de los trabajadores de la literatura por encontrar nuevos y mejores espacios de difusión de su obra creativa, principalmente publicaciones, que en algunos casos pugnaron por reencontrarse con el curso que seguía el pueblo y su experiencia de organización y lucha.
Muestras de ello son la actividad de los trabajadores de la literatura adherentes al surrealismo en torno a la revista Uso de la palabra, y más adelante, la revista Literatura, en cuanto a publicaciones, además de la fecunda labor de agitación cultural de Los poetas del pueblo, y la emergencia del Grupo Intelectual Primero de Mayo, entre fines de la década del 30 y toda la década del 50.
En la década del 60 esta tendencia se acentuó, al compás de las sucesivas crisis de la dominación oligárquica y burguesa y la respuesta de los sectores de avanzada del pueblo, además de la influencia decisiva de la revolución cubana. El trabajador de la literatura, así, apareció vinculado frecuentemente a la actividad política y al compromiso ideológico, en una demostración palpable de que la sensiblidad artística no es contrapuesta sino más bien complementaria con la sensibilidad social y la acción política por transformar las injustas estructuras sociales.
Por ello, no resulta extraño el protagonismo político de jóvenes escritores, algunos de ellos como Edgardo Tello y Javier Heraud, inmolados en la lucha por sus ideales, como tampoco es extraño que en esta década surja un grupo de escritores como Narración, que expresó una propuesta explícita de ubicación ideológica y política en el proceso social, así como el despegue en desarrollo e influencia de la entidad asociativa históricamente más importante de los escritores y artistas: la ANEA.
En este proceso, y llegada la década del 70, particularmente en situación de agotamiento las recetas de dominación capitalista que procuró plasmar el gobierno militar, y en pleno repunte -si bien disgregado- de las opciones políticas de izquierda, se multiplican los espacios colectivos del trabajo cultural y particularmente surgen los organismos que agrupan a los trabajadores del arte con perspectivas más allá de la difusión, lo que si bien tiene en las universidades su escenario de irrupción natural, rápidamente se expande a los sectores populares, al compás de la creciente articulación de las masas proletarias y populares en lucha contra la dictadura. Ejemplos de ello son la FENATEPO (Federación Nacional de Teatro Popular), el FTL (Frente de Trabajadores de la Literatura y más adelante el MOTIN (Movimiento de Teatro Independiente).
Así, el trabajador del arte, desde la especificidad de su labor, se postulaba como sujeto social articulado a un movimiento político y parte de un destacamento de la movilización popular, en cuya plataforma si bien no introducía banderas peculiares que le correspondieran, sí encontraba identidad de intereses y voluntad de acción conjunta: recitales populares, teatro de creación colectiva, música popular y otras manifestaciones se realizan entonces en escenarios naturales del pueblo: sindicatos, comunidades, barrios populares, y no es extraño que escritores y artistas formen parte de las tareas y acciones de la lucha popular.
Tal tendencia nuevamente entra, a partir de los 80, en una etapa de franca desarticulación cuando las representaciones políticas que dicen expresar los intereses populares, mayoritariamente, desarrollan una estrategia política funcional a los designios de la dominación del gran capital y sus representantes, particularmente en lo relativo al esquema político electoral y a la ocupación de espacios en las instituciones del Estado. Subsisten, sin embargo, pero como expresiones marginales, esfuerzos de acción cultural, artística y literaria contrapuestos y empeñados en mantener el horizonte de integración del trabajador de la literatura a un proyecto histórico de liberación.
La embestida neoliberal en los 90 no hace sino acentuar dicha situación, para erigir la concepción individualista, con sus obvias repercusiones en la creación artística y literaria y el conjunto del trabajo cultural, en derrotero dominante y de presencia avasalladora. Los proyectos culturales de signo colectivo vinculados al engranaje social se debilitan, la ANEA cae en manos de delincuentes, se persigue y hostiga a los creadores que se rebelan contra el régimen de turno, se utilizan los espacios culturales para el arribismo social, se desboca el pragmatismo y el oportunismo con su inevitable saldo de descomposición moral, pero también, como factores de resistencia, se mantienen y multiplican progresivamente los espacios culturales de signo democrático y crítico frente al estado de cosas.
Foto:Encuentro de escritores en Huari.
II.- EL ESCRITOR Y SU TIEMPO

En la base de este proceso se halla la existencia de un Estado no sólo ajeno sino hostil a toda posibilidad de desarrollo cultural así como de despliegue de la capacidad creadora de los escritores y artistas, menos aún de quienes asumen una opción solidaria con los intereses del pueblo y su horizonte de liberación.
El Estado está lejos de propiciar condiciones de vida digna para los trabajadores de la literatura, de defender y preservar la riqueza de la herencia cultural que el país posee, de promover la equidad en el acceso de los escritores a los medios culturales estatales, de difundir la creación de miles de escritores que reclaman espacios de difusión y publicación de sus creaciones.
El Estado en el Perú nunca tuvo una política cultural que buscase elevar la formación espiritual de nuestro pueblo. Por eso podemos decir que sencillamente nunca tuvo una política cultural. Sólo conocemos organigramas burocráticos intencionalmente diseñados para ser impotentes ante las necesidades reales de la población y de los escritores, artistas y actores de la cultura viva en general. Ni políticas, ni métodos, ni presupuesto que tengan como objetivo la educación y la cultura de las mayorías.
Consideramos que nuestro oficio es consustancial a la vida cultural nacional, pero que tras una larga historia de marginación por parte del Estado, su situación permanece deplorable en cuanto a promoción y defensa de valores y condiciones materiales de realización. Literatura y escritores en el Perú seguimos siendo vapuleados por ese Estado que es expresión de una élite sociopolítica que hace de la cultura su coto privado, y que en su particular interés impide la democratización, la forja de una literatura representativa de la realidad peruana y el desarrollo de las potencialidades literarias y artísticas de los más amplios sectores populares.
En estas condiciones, el trabajo de los creadores literarios peruanos aspira a insertarse en el proceso de construcción de un nuevo escenario social y cultural, de carácter democrático y solidario, en cuyo curso se hermana con otro proceso que en buena cuenta lo contiene: la construcción de una situación histórica de plenitud humana, contrapuesta radicalmente a la realidad sublevante de este tiempo.
Este propósito entraña un esfuerzo de relectura democrática de la cultura del país, desde el ámbito de la literatura y en relación con otras expresiones artísticas, y la formación de nuevos y renovados espacios por los cuales transite, cristalice y arraigue la sensibilidad de los pueblos. Esto nos lleva, es cierto, a entablar un diálogo tenso, áspero, con la sociedad, una confrontación permanente con los factores ideológicos e institucionales antihistóricos que impiden el desarrollo humano.
Para ello, contamos con la herencia fundamental de la simiente de Mariátegui, Arguedas y Vallejo, y quienes recreándola la enriquecieron, desde la imaginación y la reflexión, y que han dedicado y dedican a ello toda una vida, perfilándose como auténticos constructores de la cultura democrática y de la nueva espiritualidad, sea desde la palabra escrita y el nombre individual, o desde la magia de la oralidad y la esencia colectiva. No olvidemos que este país, multiétnico y plurilingüe, cobija una inmensa cantera de creadores y maestros de la cultura y literatura oral, en más de cien lenguas, que la barbarie del capital pretende reducir a escombros.
Tanto la realidad como nuestros sueños nos comninan a defender la dignidad y la independencia del trabajo cultural, que en nuestro quehacer significa establecer una relación horizontal y solidaria con los escritores, en busca siempre de la profundidad humana y ajena al sentido de acumulación material y desprecio hacia los creadores que caracteriza a los mercaderes de siempre, significa también una relación similar con los grupos, círculos, talleres y publicaciones de filiación democrática y popular.
Significa rechazar por innobles los concursos amañados y tramposos o aquellos que se otorgan por un equivocado criterio de solidaridad, así como distanciarnos de las consagraciones y menciones oficiales, con laureles o sin ellos, relumbrones efímeros y ajenos al contenido desinteresado y humano de la creación. Significa exigir y exigirnos la mayor calidad formal en el trabajo literario y editorial.
Significa procurar condiciones óptimas para la realización del trabajo cultural y literario, así como niveles de vida plenamente humanos para los trabajadores de la literatura. Significa además abrazo fraternal y compromiso solidario con los escritores e intelectuales privados de su libertad o extrañados de su país en razón de sus ideas o convicciones políticas.
Significa estar atentos a los mecanismos, abiertos o sutiles, que utiliza el capital, y el poder que lo sustenta, para castrar la independencia de los creadores, remolcarlos en sus oscuros designios, humillarlos y en no pocos casos, privarlos de la libertad y de la vida.
Significa trabajar para que la literatura exprese nuestra multiculturalidad y que sea un motor fundamental del desarrollo cultural por el que luchamos.
Todo ello rebasa cualquier voluntad o esfuerzo individual y nos impone el despliegue de esfuerzos e iniciativa en la construcción del Gremio Nacional de Escritores Peruanos como ente orgánico capaz de jugar un rol protagónico en el acontecer social, cultural y político del país.

III. NATURALEZA DEL GREMIO

Precisamos una entidad autónoma e independiente, que responda únicamente a los intereses de sus afiliados, que no tenga relación de dependencia o sujeción a ningún interés o institución privada o pública.
Precisamos una entidad democrática que articule orgánicamente a todos los trabajadores de la literatura peruanos que se identifican con nuestros Principios y están dispuestos a luchar por nuestra Plataforma. Una entidad sostenida en la labor del conjunto de sus afiliados organizados en sus comités provinciales, distritales, de sector y de base. Una organización de este tipo sólo puede construirse de manera democrática y no burocrática, y por tanto ser capaz de movilizarse protagónicamente y como sujeto social colectivo en el ejercicio y conquista de sus derechos. Por tanto, una entidad que se nutra de la imaginación, creatividad y permanente aporte de sus afiliados.
Precisamos una entidad unitaria, que ponga en primer lugar nuestros intereses comunes antes que nuestras diferencias, que promueva en su seno el respeto por todas las formas y tendencias en la creación literaria, que propicie en su interior la elevación de la calidad en la creación de sus afiliados, que desarrolle una conducta limpia y transparente en todos los terrenos de su accionar.
Precisamos una entidad de profunda entraña solidaria, que esté dispuesta a jugarse en defensa y respaldo de sus afiliados en cualquier circunstancia adversa, que entable relación fraterna con las entidades culturales del país y del extranjero afines a nuestros principios y objetivos, y que esté dispuesta a extender su mano solidaria ante la agresión que sufren los escritoras de todas las latitudes. Y por ello, una entidad que se constituya en destacamento del movimiento organizado de los trabajadores del país.
Precisamos una entidad vigilante, que se pronuncie de manera permanente ante los diversos acontecimientos que atañen a la actividad de sus afiliados, en todos los ámbitos. Que desarrolle permanente crítica de todos las prácticas institucionales, individuales y colectivas, que impiden la realización humana a plenitud.
Una entidad de este tipo debe estar constituida por todos los trabajadores de la literatura en el país, que sean conscientes del rol fundamental que les toca jugar como portadores de la conciencia y lucidez del pueblo así como impulsores de la sensibilidad artística y literaria en los amplios sectores de la población.

PLATAFORMA
-Proyecto-


1. Derechos económicos y sociales
- Respeto de los derechos laborales y sociales. seguro social y jubilación para los trabajadores de la literatura.
- Casa de Solidaridad, en todas las localidades del país, para los trabajadores de la literatura que no tengan este amparo, bajo la responsabilidad de los municipios distritales y provinciales.
- Partida presupuestal (gobierno central, gobiernos regionales y gobiernos locales) para el fomento de publicaciones y certámenes de literatura.
- Participación en la definición presupuestal en el ámbito de la cultura en Municipios, Gobiernos Regionales y Gobierno Central.
-
2- Derechos políticos
- Sanción a los asesinos de James Oscco, reparación civil y pensión a su familia. Publicación del conjunto de sus obras.
- Libertad de expresión irrestricta. Ningún escritor podrá ser perseguido, detenido o extrañado del país en razón de sus ideas o convicciones políticas
- Libertad de reunión de los escritores para la libre difusión de su creación.
- Libertad a los escritores detenidos en razón de sus ideas y convicciones políticas.
- Regreso al país de los escritores exiliados en razón de sus ideas.
- Solidaridad con los trabajadores de la literatura presos y perseguidos por sus ideas y convicciones políticas en todos los lugares del mundo.

3. Derechos culturales
- Exigir al gobierno central la creación del Ministerio de la Cultura y política cultural que satisfaga las necesidades culturales de las grandes mayorías. 10% del Presupuesto Nacional de la República.
- Creación de las Casas de la Cultura en todas las provincias y distritos del país, con administración a cargo de los gremios de trabajadores del arte y la cultura.
- Establecimiento de la enseñanza de la literatura en todos los centros de enseñanza superior del país.
- Derecho a participar en igualdad de posibilidades en los en los programas y espacios culturales así como en los medios de información de carácter estatal.
- Defensa, preservación y promoción de la herencia cultural del país, particularmente de las lenguas y creaciones orales de las diversas nacionalidades del país.

Lima, marzo de 2006

Comisión Organizadora Nacional del
Gremio Nacional de Escritores Peruanos

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MIGRANTES EN LOS ANGELES SALEN A LAS CALLES



Domingo 26 de marzo de 2006
Despertaron al "gigante dormido", advierten

Se une alcalde de Los Angeles a la protesta multitudinaria
No somos ilegales, somos trabajadores, dice Villaraigosa

NOTIMEX

Estudiantes de preparatoria durante otra protesta que realizaron el viernes pasado en Los Angeles por las medidas antimigrantes que se discuten en el Senado estadunidense Foto Ap
Los Angeles, 25 de marzo. Más de medio millón de personas participaron hoy aquí en la marcha más grande de migrantes en la historia de Estados Unidos para protestar contra la propuesta HR4437, también conocida como ley Sensenbrenner.
La manifestación, que llegó hasta la alcaldía angelina y rebasó las expectativas de los organizadores y de las autoridades policiacas, cimbró este sábado las calles del centro de Los Angeles con un solo grito: "Somos trabajadores, no criminales".
Según reportes de la policía, más de 200 mil personas podrían haber asistido al acto que por horas paralizó las actividades de las calles Olympic, Broadway y Spring, entre muchas otras. Sin embargo, el alcalde de la ciudad, Antonio Villaraigosa, quien se sumó a los oradores de la manifestación, reconoció que había medio millón de personas.
Otros dirigentes, como Ben Monterroso, del Sindicato de Empleados de los Servicios, así como el concejal de Maywood, Felipe Aguirre, aseguraron que la marcha tuvo más de un millón de asistentes.
El antecedente de esta megamarcha de migrantes es la multitudinaria manifestación de 1994 contra la iniciativa 187, que negaba servicios y educación a indocumentados; concentró a más de 150 mil personas.
La marcha, organizada por la recién creada Coalición 25 de Marzo, también hizo historia al aglutinar a 100 agrupaciones laborales, civiles, comunitarias, religiosas y estudiantiles, junto a las cuales marcharon políticos locales y legisladores, lo que antes no se había logrado.
Villaraigosa dio un emotivo discurso, en el que después de destacar su orgullo de haber nacido aquí y ser hijo de un migrante mexicano, expresó: "No somos ilegales, somos trabajadores".
"Este es un país construido por migrantes y estoy orgulloso de que hoy 500 mil personas vinieran aquí a protestar y hablar en nombre de los hoteleros, carpinteros, cocineros y lavatrastes. Todos somos trabajadores, pagamos impuestos, respetamos reglas y no somos criminales", subrayó.
Por su parte, el padre Kennedy expresó: "El mensaje de esta manifestación es claro y lo han dicho todos los obispos católicos: lo que está haciendo el Congreso es un pecado, es inmoral, y lo que Dios quiere es que se dé justicia y amnistía a millones de migrantes".
Gloria Saucedo, de Hermandad Mexicana Nacional, retó: "Soy ilegal, y qué. El presidente Bush debe saber que detrás de cada indocumentado hay un estudiante brillante que no puede trabajar, y otros no pueden hacerlo porque no tienen licencia de conducirm y todo eso debe terminar ya", dijo.
Angélica Zambrano, dirigente del Centro de Refugiados Centroamericanos (Carecen, por sus siglas en inglés), indicó que los migrantes están urgidos de justicia, "y la queremos ahora. Es momento de dar residencia a 12 millones, y de eso deben darse cuenta aquellos que quieren hacerse los sordos y los ciegos", aseveró.
"El gigante dormido ha despertado, y lo hicieron las propias propuestas antimigrantes", afirmó el dirigente de Latinos USA, Juan José Gutiérrez.
Dijo que esta movilización va a ser el parteaguas de la unidad y de logros para los movimientos de indocumentados. "Después del 25 de marzo habrá un antes y un después", vaticinó.
Arturo Rodríguez, dirigente del Sindicato de Trabajdores Agrícolas, se mostró emocionado por la respuesta ciudadana: "esta es una gran lección para congresistas, para el gobierno y para grupos que no han querido reconocer la realidad de este país", enfatizó.
Los organizadores arengaban a la multitud con el grito: "¡Sí se puede!", y anunciaban lo que será la siguiente etapa de esta movilización al advertir: "¡Hoy marchamos, mañana boicoteamos!", y la realización del "día nacional sin inmigrantes" en este país.