Friday, November 28, 2008

OCTAVIO PAZ Y LA DESIGUALDAD DE LA TRADUCCIÓN POÈTICA/ Enrico Mario Santí



Jornada Semanal, 6 de mayo del 2001
Mario Santí

Octavio Paz y la dignidad
de la traducción poética


A tres años de la desaparición física de Octavio Paz, las Obras completas del Nobel mexicano están por incluir Versiones y diversiones, que recoge la labor de Paz como traductor de poesía, así como los últimos poemas del autor, quien, nos dice Enrico Mario Santí, "confiere al arte de la traducción una dignidad a la altura de la creación"; así, "no debe sorprender, por tanto, que Paz haya considerado sus traducciones como parte íntegra, aunque aledaña, de su corpus poético". Con este ensayo queremos recordar al Paz poeta, ensayista, traductor y figura insoslayable de nuestras letras. La Editorial Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores de Barcelona acaba de publicar la tercera y tal vez definitiva edición revisada de Versiones y diversiones, el tomo que reúne las traducciones poéticas que Octavio Paz hiciera durante más de medio siglo. Como se sabe, Octavio Paz fue, entre muchas otras cosas, un gran traductor de poemas. Desde por lo menos los años cuarenta, cuando vivió en Estados Unidos y convivió con la poesía en lengua inglesa, empezó a practicar el arte de la traducción, y sus posteriores viajes a Europa y Oriente lo iniciaron en una práctica que no cesó sino hasta su muerte en 1998. "Traducir no sólo es trasladar sino transmutar", dejó dicho en el prólogo a Excursiones/incursiones, segundo tomo de sus Obras completas donde reúne sus exploraciones en la literatura mundial. Con la aparición de esta recopilación, ahora ese tomo deberá ser leído como su complemento, pues al leerlos juntos se verá que la traducción fue para Paz algo más que una diversión: significó un instrumento que utilizó el poeta para profundizar su conocimiento de la poesía en todas sus manifestaciones culturales y lingüísticas. Él mismo dice, en la "Nota final" que escribió para este libro, que los ejercicios que incluyó en aquel segundo tomo constituyen "sucintos comentarios" a las traducciones, aludiendo así a la manera en que los antiguos humanistas componían comentarios a sus traducciones de textos clásicos. No es exagerado decir, por eso, que Octavio Paz leía toda la cultura, incluyendo la tradición moderna y hasta la no-occidental, como un texto clásico y sagrado que merecía un doble y complementario abordaje: primero como trasmutación, o traducción poética, y luego como comentario cultural. Dije antes, con imprecisión, que se trata de una tercera y tal vez definitiva edición de un libro anterior. En efecto, dos ediciones (1974 y 1978) tuvo la recopilación en la Editorial Joaquín Mortiz de México, con 295 y 297 traducciones, respectivamente. En ambas, la primera sección, que da título al libro, recogía, además de versiones de varios poetas de lengua inglesa y francesa, las de poemas de Fernando Pessoa que habían aparecido en una célebre antología de 1962 del poeta portugués, así como las de los cuatro grandes poetas suecos (Martinson, Lundkvist, Ekelöf y Lindegren) que Paz había hecho con Pierre Zekeli y reunido en otra antología al año siguiente. A su vez, la última sección, "Algunos Orientes extremos", reunía, bajo "Casos", textos chinos de varios autores, y japoneses, bajo "Tanka y haikú". Como vemos, por tanto, Versiones y diversiones fue siempre un libro radicalmente heterogéneo: no sólo políglota, en el sentido que traducía de varias tradiciones, sino sucesivamente polimorfo, recopilación de traducciones poéticas que el poeta fue acumulando a medida que iba compenetrándose con distintas obras, según dice en la "Nota final" que acompaña a esta edición: "Las traducciones se fueron acumulando a medida que pasaban los años; fue una labor discontinua, regida por el capricho de los días y del humor, en la que no me propuse demostrar o enseñar..." Así, para dar sólo dos ejemplos, las primeras versiones de Nerval que ahora aparecen al principio de la sección I se remontan a un homenaje al poeta suicida que en 1955 un grupo de escritores (entre los que figuraban Ramón Xirau, Carlos Fuentes y Augusto Lunel) le dedicaron en México en la cultura (número 306, 30 de enero de 1995); al igual que los "Ensayos chinos" que ahora figuran a la cabeza de la sección V (pp. 498-516) de esta edición se remontan a 1957, cuando aún resonaba en Paz, a raíz de su breve pero intensa estancia en Tokio cinco años antes, la fascinación por la filosofía y la poesía asiáticas. La presente edición, hecha con extremo esmero por Nicanor Vélez, que además de fino editor es un gran conocedor de la obra del poeta, añade 114 textos a la segunda de 1978 para darnos una representación total de ochenta y cinco poetas. Las cuatro secciones en anteriores ediciones son ahora seis: Versiones y diversiones (I), Poemas de Fernando Pessoa (II), Cuatro poetas suecos (III), Kavya (IV), China (V) y Japón (VI). Pero sin duda la mayor innovación del libro es que reproduce la mitad de los textos originales a la izquierda con las traducciones correspondientes a la derecha, a excepción de las últimas tres secciones que sólo recopilan las traducciones de los textos suecos, chinos y japoneses. La exclusión se justifica cuando se sabe que Paz tradujo de estas tres culturas a partir de traducciones de otras lenguas que él sí manejaba (sobre todo el inglés y el francés).
Tal vez en otra futura edición se puedan incluir los originales de estas otras lenguas para así configurar un repertorio completo y definitivo. Incluidos ahora están los otros libros de traducciones que Paz había publicado aparte: los Veinte poemas de W.C. Williams (1973), 15 poemas de Apollinaire (1979), los 25 epigramas Kavya (1995), y la de Trazos (1997) que recogía los textos de poesía y filosofía china. Añade, además, el texto completo de Sendas de Oku de Matsuo Basho que Paz y Eikichi Hayashiya habían publicado en México en 1957, junto con todas las notas de la última edición de Tokio (1992). Un cotejo entre la segunda edición y ésta revela otros aumentos. Entre los occidentales: un soneto de Théophile de Viau, dos más de Apollinaire, Jules Supervielle y Jean Cocteau, respectivamente; uno de Georges Schéhadé y otro de Alain_cosquet; nueve de Yesé Amory (seudónimo de Marie-José Paz); uno de William Butler Yeats y un fragmento (de Esthétique du mal) de Wallace Stevens; cinco de William Carlos Williams, uno de Elizabeth Bishop, los once de Charles Tomlinson, uno de Ivar Ivask y otro de A.R. Ammons; cinco de Mark Strand y dos de Milosz. Un total de cuarenta y seis nuevas traducciones. Entre los orientales, los añadidos sólo fueron textos chinos: uno más para Han Yu ("Exhortación a los cocodrilos"), Li Po, Tu Fu, y se añadieron textos de Han Yu (dos), Po Chu-i (tres), y Li Ch’ing Chao (seis), para un total de catorce. Paz nunca se cansó de citar como ideal de traducción poética la sentencia de Paul Valéry: "Producir con medios diferentes efectos análogos." De ahí que sus traducciones sean realmente producciones paralelas a la creación. En un ensayo de 1970 ("Traducción: literatura y literalidad") el propio Paz lo dice con claridad: "En sus dos momentos la traducción es una operación paralela, aunque en sentido inverso, a la creación poética. Su resultado es una reproducción del poema original que [...] no es tanto su copia como su trasmutación." O como dice en la "Nota final": "El punto de partida fueron poemas escritos en otras lenguas; el de llegada, la tentativa de escribir, con ellos, poemas en la mía." No debe sorprender, por tanto, que Paz haya considerado sus traducciones como parte íntegra, aunque aledaña, de su corpus poético. Tan es así que, según él mismo dispuso, Versiones y diversiones aparecerá pronto en un tomo de sus Obras completas junto a sus últimos poemas. Esa disposición no sólo muestra una predilección personal, pues en realidad confiere al arte de la traducción una dignidad a la altura de la de creación. ¡Qué bueno sería que, como recuerdo del gran poeta y traductor que fue Octavio Paz, y como homenaje a este oficio amoroso, se hiciese una presentación de este libro a partir de un recital multilingüe de sus "versiones" junto a sus correspondientes originales! O también: un pequeño simposio en el que, junto al análisis de los "sucintos comentarios" que Paz realizó para sus traducciones, lectores de las diversas tradiciones poéticas que reúne este libro discutan los "efectos análogos" que sus "versiones" nos descubren en la recreación de los tesoros de la poesía para nuestra lengua española. Veremos entonces cómo ellas cumplen con el cometido que deseaba su autor: "que tuviesen la antigüedad de todas las obras de arte: la de hoy mismo".

Thursday, October 02, 2008

80 AÑOS DE LOS 7 ENSAYOS


Dibujo de Carlín para celebrar los 80 años de los 7 Ensayos: ¡beatlemania marxista la de mi generación!.

Monday, September 22, 2008

LA GENERACIÓN COCACOLA/ FEDERICO MORE

La generación Cocacola
Federico More



Con amargo trago de una sed muy singular por la crítica, un tío sesentón Federico More se malogó el hígado, lleno de rabia y ají, por el mambo de Pérez Prado, las gaseosas y la alegría de vivir de los cincuentas. Qué hubiera pasado si hubierá vibrado con el rock y la cannabis de los 70, se hubiera matado de pena, en fín, lo que se perdió nuestro
cronista iluminado de fervor antiguo. Es posible que cuando More escribió este artículo haya sido ya un viejo cascarrabias como cualquiera que llega a esa edad y no le gusta las estupideces que hacen los jóvenes de cualquier época, que casi siempre hacen "cojudeces". Un documento de arqueología tomado de Caretas N° 1796, 30 oct. 2003, pp. 67-69. (A.A.)


Tuvimos la generación romántica, con características precisas. Los románticos hacían intervenir en sus vidas a Dios, al Destino, a la Fatalidad. Un poeta romántico, jugador empedernido, iba todas las noches, a jugar la noble y pundonorosa pinta en una casa de chinos que había, no recordamos bien si en Valladolid o en Plumereros.

Creemos que en Plumereros. Cuando perdía, alzaba los brazos, miraba enfurecido al techo y exclamaba, trémulo de rabia:
-Baja para pegarte.
Tal proposición se la hacía nada menos que a Dios, porque Dios tenía que intervenir necesariamente en sus aventuras de azar y suerte. Luego vinieron los modernistas que eran seres que se creían un poco perversos. Amaban la cultura y el estudio y de ellos es el parnasianismo. También el simbolismo. De ellos son, pues, Rubén Darío, Stephan, Malí armé y Leconte de Lisie. De ellos es Paul Verlaine. En el Perú, son modernistas José Santos Chocano, Clemente Palma y acaso Domingo Martínez Lujan. Luego vino la generación de los Colónidos, con Abraham Valdelomar a la cabeza. Eran los exquisitos, los decentes, los imitadores de Osear Wilde. También eran trabajadores y han dejado obra. Luego, ya no podemos precisar más generaciones literarias. Surgen nada más que individualidades que trabajan afanosamente, francotiradores que matan por su cuenta y riesgo, como el lobato de Ruyard Kipling. El año 1919 representa la cancelación de las generaciones literarias. Quedan para la inteligencia. Con ella nos viene el comunismo, negación de todos los valores espirituales. A medida que pasan los años, la descomposición intelectual del mundo se acentúa. La vida comercial se recompone, el placer y la holganza se apoderan del mundo. Nadie quiere cumplir con su deber y los trabajadores descubren que el primero de sus derechos es el de no trabajar. La huelga se enseñorea de campos, talleres y fábricas. Y entonces empieza a nacer una generación rara que se prolongará a través de varias generaciones. Cuando viene la segunda guerra y se acentúan y perfeccionan las calamidades que trajo la primera, esa generación que comprende a varias generaciones al fin toma nombre y forma. Es la generación Cocacola. Es decir, un conjunto de hombres gaseosos y desgalichados que no sirven para nada. Dentro de ella hay dramaturgos, pintores y poetas. Todos gaseosos y, en el mejor de los casos, efervescentes. Creen que tienen, como primera obligación, romper con todo lo tradicional y perder el respeto hacia todas las cosas. Ignoran que en el mundo no hay nada que no sea respetable. Comienzan por eliminar vasos y copas. Beben directamente de la botella, mediante cánulas. Diríase que se trata de drenes que se meten a la boca. En materia de vestidos, decretan la muerte de toda la indumentaria que fue cifra y compendio de la elegancia de antaño. Había que andar en camisa. El sombrero y la corbata eran cosas superfluas. Es posible que lo sean, mas no con el criterio desaprensivo de los cocacolas. La cortesía y el respeto son algo ridículo. Más o menos como la copa y el vaso. El dramaturgo cocacola no vacila en compararse a los grandes trágicos griegos. El poeta cocacola nada tiene que hacer con el ritmo, con el metro, con la rima, con las pausas mayores, con las censuras, con los acentos tónicos. Si un grupo cocacola se tropieza con un hombre a quien se le cree respetable o ilustre, debe burlarse de él y, en lo posible, escarnecerlo. La mujer bonita es una maquinilla para usos cocacola escasamente sexuales. La cultura es una mortificación y el trabajo un prejuicio vil. Oír una charla cocacola es menos divertido que escuchar una pajarera o un gallinero; mucho menos gracioso que situarse frente a una jaula de monos. Los cocacola son bailarines de ruidos. El mambo está a la cabeza. Siempre los embriaga la música sincopada. La generación cocacola producto desolado y estéril de dos guerras, precursora quizá de una tercera, carece de los ideales y de finalidades. Supone que se dedica al arte, porque el arte le parece fácil. Cuando se incrusta en la burocracia, presume que está haciendo política. Cuando realiza combinaciones financieras ligeramente deshonestas se le ocurre que está haciendo negocios. No comprende en absoluto lo que es la galantería. Bajo sus pies, semejantes a los cascos del caballo de Atila, han perecido, el piropo y el madrigal, las buenas maneras y el buen vestir. La crisis económica mundial auxilia poderosamente a los cocacolas, porque validos de ella, pueden andar sin camisa y sin medias y alegar que la vida no da tiempo para cultivar la cortesía. En cuanto al amor, es una palabra absolutamente vacía. En el mundo de ayer, la palabra amor era incomprensible e indefinible, pero siempre consoladora. En el mundo cocacola no es nada. Los cocacolas se emborrachan a veces; pero hay que reconocer que no son borrachos. No podrían serlo puesto que no saben beber. Aunque son bailarines y no saben bailar. El supremo afán del cocacola es manejar automóvil. Por la forma como se comportan con las mujeres, parecen asexuales. Lo malo y triste del caso es que también hay mucha mujer cocacola. No es, pues, fácil esclarecer el punto. El asunto sexo siempre ha sido el gran misterio. ¿Hay poetas y literatos cocacola? Seguramente. Por ahí hemos leído cosas que pueden tener otro origen. Triste producto de la guerra, de la miseria y de la desesperanza, la generación cocacola actúa en todo el mundo; pero se embotella en el Perú. Quieren hacernos creer que es nacional. No es cierto. Es cosmopolita, como todo lo que ha resultado de las dos guerras. Lo lamentable del caso es que la generación cocacola es la que viene a reemplazar a aquella que tuvo a Abraham Valdelomar, a José María Eguren, a Enrique Bustamante y Ballivián, a Félix del Valle. Las individualidades que se han presentado no llenan el vacío. La generación cocacola no es una expresión literaria ni una expresión artística. Ni una expresión política. Sus dramaturgos y sus poetas dan risa. Ya vendrá otra generación que le haga justicia a la cocacola y cuando esta conozca el vilipendio y la irrespetuosidad, acaso comprenda -será tarde- todo lo que en la vida significan la cortesía, la tolerancia, el amor al trabajo, el sentido de responsabilidad y el culto por el deber. Será tarde y esto si no viene otra generación gaseosa embotellada en el Perú.

Pero lo verdaderamente desolador es que nunca nos libraremos de la cola. La generación cocacola que nació muy encorbatada y untada de gomina, terminó en camisa. La ha seguido lo que llamaremos la generación Pepsicola, que sigue la noble herencia del desgalichamiento. Y aún quedan la Incacola. Recordaremos que ha habido la Tonicola y la cola inglesa o anglocola. Se trata, pues, de generaciones que si bien no dejan una sucesión deseable siempre traen cola.

Sunday, June 29, 2008

LAVOE EN EL CORAZÓN/ PACO MORENO

El tiempo pasa a favor del “Cantante de los Cantantes”
Lavoe en el corazón
Héctor Lavoe se ha convertido en un ícono de la música popular latinoamericana.


Abatido por una extraña enfermedad, el 29 de junio de 1993, murió Héctor Lavoe, uno de los clásicos de la música popular latinoamericana. Desde entonces el tiempo, que siempre entierra en el olvido a los que se van, juega a su favor. El Perú siente un cariño especial por este salsero como por sus hijos más queridos de la música.


Hacia 1986, con su tristeza a cuestas y de madrugada, Héctor Lavoe llegó al Perú. Desafiando al frío, en mangas de camisa floreada, pantalón blanquísimo y oscuros anteojos inmensos vino a calentar las noches de agosto. Fueron seis sus presentaciones en el desaparecido "gran estelar de la Feria del Hogar", y a las seis, "El Rey de la Puntualidad", nunca llegó tarde sino, religiosamente, una hora antes. Así lo recuerda Luis Delgado Aparicio ('Saravá'), quien, además, tiene grabado en su memoria a Lavoe rezando antes de saltar al escenario, entonado con ron Bacardí.

Quien espera, desespera, mas la desesperación de su gente peruana se acabó aquel año y en invierno. Pero Lavoe ya no era el mismo. Había perdido la voz que brillaba al lado de la de Willie Colón, y en el escenario comprobó que como bailarín era 'El Cantante de los Cantantes'. Sin embargo, el público peruano le mostró un cariño inmenso.

El canto fue lo suyo. Sonero de siempre, Héctor Lavoe fue un facundo enamorador con su voz; un intérprete sensacional. 'El cantante', escrita por Rubén Blades, por ejemplo, no es 'El Cantante' sino la canta 'El Cantante de los Cantantes'; ni 'Juanito Alimaña', de Tite Curet Alonso, será nunca el mismo Juanito, si la canta, por decir, Oscar de León. La voz de Lavoe hizo de las canciones himnos tropicales para la posteridad.

Hugo Ábele, quien arriesgó dinero para traerlo y quien le hizo conocer casi todos los barrios de Lima, cuenta que Lavoe tenía un buen sentido del humor, que parecía ironizar hasta de sus propias tragedias y que se quedaba pegado a la pantalla para reírse con 'El Chavo del Ocho'. Una noche entre amigos, agrega Ábele, Héctor Lavoe, quien ya se había enamorado del peruanísimo 'pollo a la brasa', quería comprar la isla San Lorenzo para hacer su casa ahí y que decía: "el mar del Perú es más sabroso que el mar del Caribe".

Fueron pocos los días que estuvo en el Perú y no hubo tiempo para la pedantería y la arrogancia que se le conocía. El 'Chico malo de la salsa' aprovechó su tiempo para disfrutar del mar y sus sonidos, para hacerse devoto de San Martín de Porres, para deleitarse con mariscos y con más pescado que salsa, pues la salsa la disfrutaron los miles de fanáticos que llenaron sus conciertos. Todo un récord. Alegre, socarrón, fue en Lima, ciudad de la cual no quiso partir. Cuando estuvo por irse, con ojos de soledad y tristeza, Lavoe le confesó al padre de Hugo Ábele: "Lima es un rincón extraño entre espina envenenada, sueño u orgía".

Héctor Lavoe vivió al lado de la muerte; y la muerte, que ya es trágica, fue más trágica con él, y siempre lo tuvo en jaque. En 1987, días después de que el fuego consumiera su casa, su suegra fue asesinada a puñaladas en Puerto Rico; y al poco tiempo de eso, su hijo, de 17 años de edad, murió de un disparo que él mismo, por accidente, se propinó en el pecho. También se suman a esta lista la muerte de su hermano Luis como consecuencia de una sobredosis de drogas en las calles de Nueva York; igualmente la muerte de su padre, pero, quizá, lo que le dejó una herida perenne fue el deceso de su madre cuando Héctor apenas tenía cuatro años de edad.

Como destinado para la tragedia, Héctor Lavoe nació en Ponce (Puerto Rico) el 30 de septiembre de 1946. Luego, muy inquieto, a los 17 años de edad, huyó a Nueva York con un par de maracas de cuero hechas a mano y con la ilusión de hacerse cantante y famoso. Imitando a los maestros aprendió el arte de la música. Daniel Santos, Ismael Rivera, Cheo Feliciano fueron sus paradigmas. Así su talento fue madurando y su improvisación empezó a cautivar al público que pronto se enamoró de su música. Apoyado por Johnny Pacheco y junto a Willie Colón desde 1966 hasta 1973 (su mejor época) descubrió el éxito, alcanzó el prestigio y cantó para el futuro. La música de Héctor Lavoe saltó la barrera de lo que se llama salsa, pues los entendidos señalan que su música es una combinación de sonidos afrocubanos originales, con las puertorriqueñas: bomba, plena, risa, baquine y aguinaldos, también de bolero, cumbia, merengue y, cómo no, del jazz.

Con sus virtudes y defectos, sus luces y sombras, Lavoe se hizo querer y si no cantó hasta el final de la fiesta fue porque sus cuerdas vocales murieron antes que él. El 12 de septiembre de 1990, ya muy enfermo, se animó a cantar con "Las Estrellas Fania" en Nueva Jersey. No pudo llegar sin ayuda hasta la tarima y cuando intentó cantar 'Mi gente' en vez de cautivar aplausos originó lágrimas no sólo entre sus seguidores sino también entre sus mismos compañeros. Tenía la mitad del rostro paralizado y el pecho no le servía.

Tres años después, el 29 de junio, abatido por una extraña enfermedad, después de haber sobrevivido a las drogas y de una caída libre desde un noveno piso, Héctor Lavoe murió flaco, triste y abandonado en un hospital de Nueva York. Se apagaba así la voz que para Willie Colón, fue la combinación perfecta de los estilos de Carlos Gardel, Felipe Pirela y Cheo Feliciano.

La muerte, sin embargo, jamás le llegará. En su honor, en el Callao, sus fanáticos construyeron una inmortal efigie de bronce y la ubicaron en el 'Bulevar de la Salsa', en el barrio de Corongo. En este barrio también hay un mural con su rostro, bares, esquinas y equipos de fútbol que llevan su nombre y personas que aseguran que Héctor Lavoe vive en alguna esquina rumbera. Mas eso es una fe ciega de admiradores del máximo ídolo de la salsa que vence a la muerte como la luz a la noche.

Buscador de la felicidad
Nadie sabe qué le faltó a Héctor Lavoe para ser feliz. Se conoce, sin embargo, que, a veces, triste y vacío, buscaba horas felices en los caminos de la vida. Huérfano de amor y amante de la esquina, sólo encontró pedazos de felicidad. Fue un caminante por la vida que iba y venía, tratando de hallar lo que no encontraba: la felicidad completa. No obstante, era difícil verlo triste y deprimido. El salsero cubano Alfredo de la Fe, quien vivió seis meses con él en Cali (Colombia) lo recuerda como un hombre feliz entregado a la alegría que le daba su gente, para él, lo más grande de este mundo. Atormentado, sin embargo, Héctor Lavoe, ayudado por las drogas, siempre caminaba hacía un final nada alentador.

Paco Moreno
Redacción
La Primera, Lima, 28 de Junio del 2008.

Tuesday, June 03, 2008

EL SOL PIURANO/ ARMANDO ARTEAGA


EL SOL PIURANO / armando arteaga

Máncora



En un solsticio de no sé cuál verano:
Oasis, Osiris, el cercano Ñari Walác
(que todo lo ve): arenas movedizas, dunas
por el desierto piurano.
El poeta hace lo que le da la gana.
Tomando una cerveza en El Oasis.
Manejando el lenguaje, en un jeep, capo
capaz, carpen diem...
Un capazo sobre una roca ígnea.
The Most Of The Animals:
“Mi felicidad, mi razón de vivir, es mi música”
(Eric Burdon)
Fumando un ‘camel', travesía de dromedarios.
Una sombra esconde la drusa.
Mirando pirámides, arqueólogo (manyando el estofao)
por Ñari Walác, huye -el sol- hacia Egipto
Alucina un zigurat en el desierto.



Y la luna de Paita...

Monday, May 12, 2008

LOS PAISES NO PUEDEN DESARROLLARSE CON TANTA DESIGUALDAD/ ALAIN TOURAINE

“Los países no pueden desarrollarse con tanta desigualdad”
Gracias al Cepal y a la agregaduría universitaria de la Embajada de Francia (que hace posible la visita de notables intelectuales europeos) nos visitó Alain Touraine, quien recibió distinciones de prestigiosas universidades peruanas. Touraine, uno de los más importantes sociólogos contemporáneos, ha dejado una huella profunda en el estudio de los procesos sociales latinoamericanos. DOMINGO conversó con él sobre distintos temas de interés actual.


Entrevista de Alfredo Vanini


–Doctor Touraine, en sus tres discursos públicos en Lima usted resaltó los derechos humanos. "Todos tenemos derecho a tener derechos", dijo, citando a Hanna Arendt. Justamente ahora la legitimidad de los DDHH es cuestionada en el Perú. ¿Cómo revalorarlos en un contexto de conflicto?

–El concepto de derechos humanos es casi siempre considerado como un principio moral, y evidentemente lo es. Pero visto en ese sentido es una cosa muy débil, un poco retórica. Yo lo veo de manera muy distinta. El concepto de DDHH nace antes de la sociedad industrial y luego desapareció durante el auge de este momento histórico. En parte por la multiplicación de conflictos nacionales y la ausencia de un elemento global. Pero en el siglo XX este concepto reaparece, no como moralidad abstracta sino como una idea fundamental.

En una sociedad globalizada en la cual no hay una estructura central y total, la noción de DDHH significa el derecho del individuo en su esencia concreta: individuo con su trabajo, con su vida política, con su cultura, con su idioma o lengua propia, con su religión, etc. La idea de DDHH tal como fue expresada en la revolución norteamericana y francesa en el siglo 18 es así: hay algo encima de lo social y de lo político, algo universal. Y esto universal es el derecho de todos los hombres a ser ciudadanos. En el mundo en el cual vivimos, con una capacidad inmensa de intervención del Estado, de los medios de comunicación, de la economía financiera mundial, el derecho debe ser universal.

Y en este mundo no solo global sino muy complejo, que cambia todo el tiempo, donde hay muchas formas de influencia y de dominación, donde es muy fácil ser eliminado, es indispensable tener una referencia por encima, pero que sea universal. Para mí el individualismo no tiene sentido si no significa universalismo de los derechos de cualquier ser humano frente a cualquier tipo de dominación cultural, política o económica.

–Ud. ha hablado del "teatro vacío del mundo", un mundo de silencios y de víctimas. ¿Cómo podría el actor social tener una intervención real en este escenario tan desolador que nos plantea?

–Usted hace bien en introducir este problema, porque es una pregunta que me hago todo el tiempo. Y no tengo respuesta. Durante un largo período de mi vida hablé mucho del actor social (y todavía hay que hacerlo) pero ahora hablo cada vez más de sujeto personal.

Es decir, no es el actor social el que puede subir al teatro sino el sujeto en el sentido de un ser casi trágico shakesperano, con la finalidad de crear "ruido y furor", para citar a Shakespeare. Hay la necesidad de reintroducir lo que Malraux llamó la "dimensión espiritual". Es curioso que un sociólogo diga esto pero hay que salir de una visión social o sociológica del mundo, dejar de pensar a la sociedad como el principio de las normas o de los valores.

Yo tengo un gran miedo a la identificación de los individuos a un concepto social: el hombre socialista, el hombre comunista, el hombre capitalista, el hombre liberal. Todos me dan igual miedo. La gran pelea de toda mi vida ha sido contra el determinismo económico de los liberales y de los marxistas, que en eso son muy hermanos. Y todo el tiempo he insistido sobre la necesidad de introducir un elemento que esté por encima de las consideraciones estrictamente sociales. Por ejemplo el tema de los DDHH. En el momento actual hay que ser antisocial y responder en términos absolutos: "Esto es imposible", "Esto es intolerable", "Esto es contrario a la dignidad humana". Hay que decir ¡No! porque este ¡No! significa reintroducir palabras que aparentemente son muy débiles pero que no lo son en realidad: dignidad, reconocimiento, humanidad, derechos humanos. Después de todo, hemos vivido un siglo de campos de concentración, de masacres, de genocidios, etc.

–Un concepto que ha sido utilizado como una panacea para eludir la participación en los grandes problemas del mundo es el falso mito de la posmodernidad.

–La posmodernidad indica que no hay más principio de unidad en una sociedad. Es una visión antihistoricista, una visión kitsch, en la que se pueden mezclar cosas sin relación y en varios sentidos. Yo creo que esto no es cierto. Creo al contrario que hay más bien una situación de hiper-modernidad. Y hay que buscar algo más fundamental, algo más central y no una ausencia de unidad. De otro lado estoy observando que muchos que hablaron de posmodernidad están abandonando la palabra. Hay que rechazar la idea falsa de que no hay modernidad.

–Usted ya no habla ahora de derechos sociales, sino de derechos culturales. ¿Cómo define usted los derechos culturales?

–Antes quiero decir algo: fue un error dramático pensar, como pensaron muchos, que los derechos sociales tenían que eliminar derechos políticos, pretextando que los derechos políticos eran de la burguesía. Esa manera de pensar llevó directamente a los peores totalitarismos. Tenemos que luchar por el reconocimiento respecto de los derechos culturales pero sin entrar en la idea del comunitarismo, que es un verdadero peligro. Tomemos un ejemplo trágicamente concreto: es normal reconocer el derecho de las iglesias –o de los cultos o de las sectas– de existir y de desarrollarse en el espacio público, pero con la condición que sea respetado algo que es mucho más importante que la libertad de las iglesias, que es la libertad religiosa de los individuos.

Acepto que se pongan mezquitas por todas partes, pero no acepto que una persona no pueda cambiar de religión, que no pueda casarse. La libertad religiosa no es la libertad de las iglesias sino la libertad de los individuos en su comportamiento religioso o no religioso.

AMÉRICA LATINA: LA REGIÓN MENOS TRANSPARENTE

–Usted no solo ha estudiado, sino que ha vivido y está muy cercano a los procesos políticos de nuestra región. ¿Cómo observa América Latina?

–Se ha hablado del movimiento hacia la izquierda en el continente. Es una idea falsa. No hay tal izquierdismo, no hay tal evolución. Lo que sucede es lo siguiente: antes teníamos en muchos países latinoamericanos una situación de confrontación. Había un bloque imperialista y había que oponerse absolutamente.

Eso ha desaparecido en gran parte a causa del fin de la guerra fría y la desaparición del imperio soviético. En la actualidad lo que pasa es que casi todos los países, incluso Venezuela que vende su petróleo a los EEUU, se encuentran dentro del sistema, y han pasado de la confrontación a una participación limitada y tal vez, en muchos casos, decreciente. Visto desde dentro, los grandes problemas latinoamericanos, entre ellos el tema de la desigualdad socioeconómica extrema, que es el problema latinoamericano por excelencia, no han desaparecido y hay la necesidad de buscar soluciones aceptables al problema de las desigualdades.

De otro lado, creo que este vocabulario de tipo un poco parlamentarista de derecha-izquierda ya no corresponde –me atrevería a decir que no ha correspondido nunca– a la situación latinoamericana, donde las categorías políticas y las categorías sociales estuvieron siempre mezcladas

Actualmente la tendencia predominante es a integrarse y participar en el sistema mundial tratando de eliminar o limitar las desigualdades pero con un éxito desgraciadamente bastante limitado. Yo diría que hay una indeterminación grande en la región. No estamos ya frente al sistema sino dentro de él. Y tenemos que hacer los mayores esfuerzos posibles para disminuir poco a poco el peso de la desigualdad que es un obstáculo absoluto al desarrollo. Los países de América Latina no pueden desarrollarse teniendo tan alto nivel de desigualdad.

Cambio de piel. Alan García ha dejado de ser aprista, según Alain Touraine. El académico francés fue su profesor de sociología durante la estadía del ‘joven García’ en Francia.

–¿Y qué opinión le merece el rumbo del gobierno peruano? Un partido percibido como socialdemócrata, el APRA, que asume cada vez más una postura ultraconservadora y no intervencionista.

–Sí, es un poco preocupante. En primer lugar, yo ya no consideraría a García como aprista. En segundo lugar, y hablando quizá un poco exageradamente, yo tengo la impresión de que este gobierno peruano tiene diez años de atraso porque esta idea de la liberalización y la privatización total, que en un momento fue tan importante en muchos países, ahora ya está abandonada. Ahora la intervención del Estado parece necesaria por ejemplo en educación y salud. Yo no veo cómo la privatización de la enseñanza pueda llegar a otra cosa que no sea el aumento de la desigualdad. Puedo hablar del caso de Francia, que no es precisamente un país anticapitalista ni antiliberal, pero que dedica más del 50% del ingreso nacional al sector público. Y si esto significa que Francia es un país intervencionista porque interviene en servicios de educación y salud para disminuir las desigualdades sociales, pues bienvenido el intervencionismo.

Esta mañana escuché a Alan García en la televisión hablando de un tema muy concreto: se decía que en el altiplano no hay progreso posible porque las poblaciones son muy dispersas y hay grupos de menos de 200 habitantes. Entonces el presidente dice "hay que terminar con eso, la solución es crear allí ciudades de 10 mil y 20 mil habitantes". Yo me quedé perplejo al oírlo. Se da cuenta usted de que no es posible pasar de un sistema de agricultura pobre de autosustento a una ciudad de 20 mil habitantes. Al mismo tiempo, crear ciudades en el territorio del altiplano, en esas condiciones, significa la destrucción total del sistema social-cultural. Hay una preocupante falta de realismo en este gobierno, preocupado en mantener más una posición ideológica. Creo que en la actualidad el Perú es el único país del continente que tiene este vocabulario liberal que está ya abandonado por todos los países, incluso por los EEUU.

–¿Cuba sin Fidel seguirá el camino chino de apertura económica sin libertades y sin respeto a los derechos humanos?

–Hay gente que piensa así. Yo no entiendo muy bien lo que eso significa. Una vez que Fidel haya desaparecido, o que su hermano, que es una copia de él, desaparezca también, creo que no se va a tener control de la situación. Creo que si aceptan la entrada de los capitales, o la dolarización de la economía, que se hace ya en gran parte de Cuba, creo que el sistema cubano de control político va a desaparecer, o por lo menos espero que desaparezca. Yo creo que los amos de Cuba en el mañana van a ser las agencias de viajes baratas.

–En el año 2000, usted se preguntaba al inicio de un ensayo "¿Está el mundo en peligro de muerte?". ¿Se sigue haciendo la misma pregunta o tiene ya una respuesta?

–A comienzos del milenio el mundo estaba en peligro de desaparecer. En el 2008, los habitantes del mundo se dan cuenta de que el mundo sigue estando en la misma situación. Esa es la diferencia. Ahora estamos todos convencidos de que podemos desaparecer, suicidarnos colectivamente si seguimos con un tipo de economía y de comportamiento que es imposible mantener. Por ejemplo los chinos: obviamente tienen derecho a desarrollarse, a transformarse, pero si todo el mundo tiene un consumo de carbón como los chinos, el mundo va a colapsar. El tema ecológico es un tema fundamental y la economía debe tomar en cuenta este tema. Desgraciadamente los EEUU y China hacen exactamente todo lo contrario. Si seguimos con estas políticas, el mundo efectivamente va a desaparecer.
Domingo, La República, 11-05-2008.
http://www.prensaescrita.com/diarios.php?codigo=PER&pagina=http://www.larepublica.com.pe

Wednesday, April 09, 2008

SURCO LEVE/ POEMAS DE ARMANDO ARTEAGA

SURCO LEVE

 
a Grace


Tu casa agreste.
La verja semi-abierta.
La aldea de esta infancia
no se parece a la canadiense
-a cuadros grises- metida en este cuerpo.
Y todo porque afuera en el paisaje:
El invierno empezó debajo de un cerezo.
Toda la tarde
Estuvo aquí, azul, presto, y amable.
Hay soledad en el rostro de la gente.
Hay ausencia por no sé qué calle donde
la lluvia cae y no cesa
en este martes.
Ni te cases ni te embarques.
Yo, ¿pregunto?, “entre comillas”
¿soy esa estatua
en el parque: me siento espantapájaros
o hablo con los pájaros
que se contemplan
y escuchan?.
Tu voz que viene por el hilo
del cable, o del teléfono
gusta jugar a la berlina
entre botellas de canada dry o entre galletas
ha de entonar esa canción del búho que aún
no he olvidado.

Te amo y no te amo.
Son dos frases.
Se parecen y no se parecen
a esa mano hechicera
deshojando toda esta verdad:
pobre girasol amarillo
en esta noche de septiembre.
Noche de invierno,  todavía.
Tú habras dormido. Yo estaré despierto.

¿Por qué,
entonces,
siempre,
u otro día, o sea, ahora o todavía:
el árbol que nos esperaba
en plenilunio
y miraba la casa agreste
a tu costado, recuerdas, dónde está?.
¿Habrá muerto?. ¿Recuerdas?.

Un árbol
traicionado,
nos dirá su cansancio
y para entoncés,
nosotros pensaremos
en lo bueno que sería ya podarlo.

Pero el árbol.
El árbol pensativo.
El árbol que no puedes ya saberlo.
¿Amigo?. ¿Transeúnte?.
Me habrá seguido los pasos
Y se habrá puesto mi chaqueta prestada.

1969.


ENREDADERA
 

Papel japón
besando
una hoja de otoño:
si es esto un desafío
acepto
a regañadientes
esta oferta
de escribir, describir
este tiempo en otro tiempo
pero, ¿de qué escribir
esta tarde?.

Se trata acaso de algo
tan ligero
que me cunde las horas
de la existencia.

Se trata acaso de poner
con tinta negra
esa línea ideal
derrumbándose
por el muelle.

Se trata de encender
en la escritura
los tantos
pasatiempos
de la vida.

Escribo acaso del beodo
en su mesa triste
de cedro fino
diciéndome:
no tomo desde la última vez.

Puede ser. No puede ser.
Me enredo en mil palabras
que después olvido. Me rebusco
en agostos que después ignoro:
nombres traídos
a este forum
desafortunado
de imágenes e ideas iconoclastas
sobre agua contaminada.

Nombres que me arranquen
unas lágrimas
Me muevan los cimientos
de los adentros
jóvenes,
de la conciencia
como asuntan los psiquiatras.

Se trata de escribir para evitar
el suicidio.
Pasa que no tengo ganas
De arrastrar mi nave por las calles.
Voy, sin embargo, a los cinemas
Donde siempre llego puntual.
Pero después de las funciones
sigo igual,
en la misma soledad
en los abismos inciertos
de la paranoia, o en el nirvana
dorado.

Detesto
mirar en cada transeúnte
al enemigo, en estos lares
es mejor ser discreto.

Leo los periódicos al revés.
Orino en los baños de los bares públicos
con olor aserrín y amoníaco
y los grafittis se repiten
como slogans políticos
decadentes
en toda esta ciudad
ghetto, muladar, xenofobia:
el hombre contemporáneo
anda en soledad,
más solo que cucaracha en vereda
pero, que más da.

He nacido acá en esta ciudad
Y no iré a Egipto
buscando la estrella:
esta asfixia por dura que sea
aún la puedo soportar.


SOBRE EL TIEMPO

en esta selva
no eres
el otorongo

tienes
que
vivir:

eres
solo
el poeta
no tienes nombre ni fama

te toca describir
lo duro que es
vivir:

todo se hace añicos
con el tiempo
no eres
el cedro
el aljófar
el congrio

Frangir
la vida
el tiempo:

Todo se hace añicos
menos el poema




HOMENAJE


Wilson
Da Silveira

Era hijo de emigrantes lusitanos
Residentes campesinos de Oporto
Por eso de la guerra
como una botella en las aguas
tuvieron que cruzar el Atlántico

Una bulliciosa tarde
en septiembre de 1970
cuando nos conocimos en un Café de las Galerías Boza
me contaste un retazo de tu vida

Amabas
“Now I’m gettin´ tired of sittin´ around”
y admirabas al Che

Solías venir sonriente
a mi habitación de la calle Angaraes en un suburbio del Cercado
acompañado por amigos de toda laya

¡Gloriosos parias de la época!
Leíamos a Herbert Marcusse y Franz Fanon y e.e. cummings/ diletantes
solo creíamos en el amor y en el centro de la belleza

Siempre pensé que eres un aguafiestas

Ese 28 de Julio
cuando nos detuvieron por orinar
sobre las flores y banderas
del monumento de la Pza. Sn. Martín
Te burlabas de los policías
diciendo llamarte Vladimir Ilich Ullianov y tener el oficio de poeta
hasta que se cansaron de nosotros
y nos echaron a patadas a la calle por locos

Aquella noche nos fuimos a un snak-bar
a beber unas cervezas
cantamos Funeral de um Lavrador de Chico Buerque de Holanda
me hablaste de tu Recife y de Vinicius
E um mar de poesias
Recordaste a tu hembra María
Una mulata que te había devuelto a la vida
y luego nos quedamos dichosos y callados
Mirando hacía la calle:
Me duele tu país y la gente que pasa...

Nos gustaba caminar
Silenciosos
Casi escuchando nuestros pasos
Perdidos
Que siempre desembocaban
En aquella misma esquina
Donde nos despedimos esa última semana
En que ya deje de tener noticias tuyas

Aquí en el último O Cruzeiro
testiguan que has sido acribillado por El Escuadrón de la Muerte
en una favela de Sao Paulo

Más yo no sé si esto es verdad o exacta
coincidencia
pero quiero que sepas
ahora que te escribo el poema
desde una taberna de Pueblo Libre
entre obreros y desconocidos
he supuesto tu muerte que es en parte la mía olvidada.
Por esas cosas que de una u otra manera amábamos y amamos.

P.L...  8/9/72.

Monday, March 10, 2008

ULTIMO ADIOS PARA EL POETA RODOLFO PACHECO

ULTIMO ADIOS PARA EL POETA RODOLFO PACHECO*


Ícaro ensaya su primer vuelo*
Rodolfo Pacheco


La primera tristeza que invadió su corazón de niño:
Saber que no era un ave
Que no podía volar
Y saber que eso era tan físico como su odio a sí mismo
Que más bien iba a ser un hombre de bien y olvidarse de tantas cosas
Desagradable aroma de su inocencia
Cada tarde ensaya su vuelo y cae siempre de cabeza
Llora, gime, mira con envidia a las aves
Alguna vez probó marihuana
Pero aquel viaje terminó en una golpiza
Pero no se rinde
Crea artilugios de poeta, sueña con plumas y que es un ave fénix
Hermoso, ÍCARO, pero tonto, tercamente, cae mil y mil veces
Y así crece, con dolor, pero no le salen alas
Le salen brazos con los que trabaja de noche
Y piernas con las que huye de día
Huye de aquella maldición de estar pegado a la tierra
De aquella estúpida gravedad
Que no lo deja volar
Quiere dejar atrás todo dolor
Emigrar a una tierra donde nadie lo dañe
Donde pueda hacer piruetas en el aire, feliz, ÍCARO.


* De Alucinada Cordelia (Hipocampo Editores 2006). Revista Poentos 2 (Hipocampo Editores, 2007)
REQUIEM PARA UN JOVEN POETA


Rodolfo Pacheco, hace muchos años rastrea, cual Diógenes peruano, la anhelada piedra filosofal poética. En su Alucinada Cordelia encontramos esa angustiosa búsqueda, ese grito mitológico de dioses perdidos y paraísos en venta. El poeta navega en su lírica odiseica cayendo en antipoemas que emergen furiosos ante la duda de que su diosa salvaje la esté oyendo.

Renato Salas Peña

*Enviado por Teófilo Gutiérrez.
Correo electrónico del 10 de marzo de 2008

UN POEMA DE RODOLFO PACHECO

Cenizas de cuerpo

Rodolfo Pacheco en Centro Cultural España.

“Te he buscado, tesoro, he cavado en las noches más profundas”Rainer María Rilke
NACIMIENTO DE LA NOCHE

Mis ojos admiran la ola olvidada del mar

El cielo prehistórico donde los ángeles huelen a delirio

Después de la última marea donde te escondes

La noche aún se mantiene de pie

Acariciando sus heridas marinas

Y escondes tu pálido cuerpo, herencia del silencio y el mármol

Después de la última marea

Tus ojos sentenciarán los crepúsculos

La noche primogénita que amparó el silencio.

¿ Qué himnos canta la nocheque mantiene insomne a las fieras ?

¿Qué yugular, qué labios, qué Paraíso,

qué orilla llega al tibio mar donde descansas ?

Mi voz se convierte en tu voz,

En el eco de tu cuerpo que me sueña

Y por lo tanto soy, una voz brillando en el silencio de tu sueño

En el eco de tu cuerpo que me sueña,

Y por lo tanto soy, un pálpito de laberintos

De espejos rotos en el corazón de tu alma

De claustrofobias de aves dormidas en su cielo

Envejece la noche,

Encanece en el centro de su luz

Y sigo soñando con el arrobado éxtasis

De la inocenciaEl jazmín es la fragancia de tu sexo

Y son azules los lagos donde se orillan los unicornios

Donde cantan los cisnes desde su moribunda eternidad

Eres la princesa de la torre

La bella durmiente del nembutal

Cuando despiertes con un bostezo de poema

Muchas estrellas se habrán suicidado

Saltando al centro de tu cuerpo

Tú recuerdas mi voz adusta

Mis ojos de piedra negra ceremonial

Recuerdas mi naufragio en tu sombra

Las flores semánticas que duermen en los labios de la tierra

Los castillos de arena en plena tempestad

Los espejos que nos multiplicaban apaciblemente

Princesa de arena, reina de la orilla prohibida

Y de las olas adolescentes

Duermes en tu castillo de creencias vanas

En tu piel, en tus manosEn tu mirada cerrada al mundo que no sueña

Porque está prohibido descansar

En la orilla del amorPactamos en la neutralidad del poema

Pactamos esa paz aparente con la que sueñan los tiranos

Pactamos con la complicidad del amor

En los campos que amansan a sus muertos

Donde llueven flores que sonríen

Donde las estrellas detienen su movimiento eterno

Cenicienta de las calles más mugrosasLágrima de media noche

Pactamos para que el mundo no convalezca más

Para que la sangre no escape de su cause

Para que los ríos no despiertenPara que nos dé sombra el Paraíso

Y sólo queda la ciudad que nos da de almaY sólo queda el Tahigeto

Desde donde arrojamos a los dioses al olvido.

Nuestro mundono es el mundo de lo obvio

No es el mundo de la ecuación

Ni del cálculo

Nuestro mundo es el del liquen

Es el de la hoja tierna atrapada en elcuerno del unicornio

Donde el mono dogmático se espanta

Donde el poema

Nace como flor china

En la infinitud virgen de tu piel.

Otros poemas de Rodolfo Pacheco ver:

http://rodolfopacheco.blogspot.com/

Thursday, February 14, 2008

LA MEMORIA SECUESTRADA / ARMANDO ARTEAGA

LA MEMORIA SECUESTRADA

Armando Arteaga


IMAGEN: ARMAND.



La carne
(celeste)
se eleva
sobre el charco
de cualquier
miseria

Tiene
la particularidad
de erizarnos
la piel
(esa bruma
animal)
tan naturalmente
(que estamos
desarmados)
a su inmunidad

La carne
no es carnívora
tiene el dogma
-necesario
y suficiente-
para enfrentar
con estoicismo
a la muerte

Aunque la muerte
puede más que la carne
porque la arruga
la derrama
cruelmente
en el matadero
de la vida:
la envejece
y la transforma
en el pobre
animal dócil
que se arrastra
tras el mendrugo
de un poco
de juventud


La carne
es tersa
cuando aborda
el supremo principio
de la pasión
humana
y nos avienta
a la locura
indomable
de esta ruptura vivida
entre el cuerpo y el alma
entre la tierra y el mar:
soez
e inesperado
encuentro

del fuego
el aire
el agua
el barro
que forman parte de este pan
y de este vino

del cual
está conformada
la carne.