Tuesday, April 07, 2009

INVOCACIÓN DE LA CIUDAD PEDIDA/ JOSÉ ROBERTO CEA


INVOCACIÓN DE LA CIUDAD PERDIDA
JOSÉ ROBERTO CEA
















Aquí ha llovido cielo.
Se desliza entre hierbas

El poeta y los lirios saben la ceremonia.
Vedlos crecer en su hermosura.
Vedlos nombrar el canto. Hurgan el sueño.

Para danzas, el aire.
Mariposas para la música.
Aquí la mezcla rara.
El recipiente. Allá, los dioses.
Aquí la luz del tiempo se enajena.
Allá los viajes.
Y para cuando regresen los perdidos,
Los árboles habrán dejado el bosque
He leído el libro de los días: Piedras de adivinar.
Hallo la invocación.
Voy a purificarme con humo de rocío
Antes que el sol se anuncie.

A punto de volar
La noche alcaraván llega a mis manos.
Hace nidos vacíos sin poder detenerse
La aurora sube lenta, lenta, lenta
A paso de perdido que extravió la noción.
La aurora sube lenta ―pez de oro sumergido en el tiempo
Que navega,
Navega,
Y hace anillos de espacio
Yo, buscados de amuletos
Voy al mar, me disuelvo en sus playas;
Me traigo caracoles para pintar de verde los crepúsculos.
(Aparece el Quetzal)
Veo arenillas, me dirigen su voz que no es su voz,
Me hablan, me miran
Casi las tomo
Yo deseo hacer ríos y caminos
Y la espuma llega con su velo a perder la visión.
Y lloro, lloro con los ojos anegados de piedras.
Piedras mentidas, sí, pero son piedras
Es cuando llega algo de luz sin luz, mucha intuición
Y me quita las piedras parte a parte;
Me arranco la pupila para poder mirar
Hacia dentro, al fondo, a mí mismo, al pasado
Subterránea Ciudad: Sol de los ojos.
Deja de perecer que estamos solos.
(Ya se perdió el Quetzal).
Oscuridad de todos si te sigues hundiendo.
Si te alejas sin preguntarte nada.
Sin dejar que yo diga tus curanderos que le hallaron la voz
A la palabra.
Sin dejar que yo vea los viejos talladores de madera y jade
Gobernando la piedra y el fulgor de la arcilla.
Tus doncellas hilando los crepúsculos
En cada flor silvestre.

Subterránea Ciudad, déjame hallar el cenote sagrado,
Al sacerdote azul pintando los presagios y el misterio.
Déjame ver el aire que tenían los juegos de pelota.
Quiero tener tambores labrados en tortugas terrestres.
Es necesario aquí el adivino loco,
El que hacía pirámides, calendarios
Y días con un siglo pintado en la memoria.

Subterránea Ciudad, déjame hallar el rito,
El fuego hecho de piedras, el mosaico de plumas.
¡Todos los testimonios que me lleven a ti!

Subterránea Ciudad,
Voy a humedecerme con humo de rocío
Para esperarte a solas
Si te escondes, nadie puede encontrarse
Hemos llegado aquí,
A la caída, al tumulto;
Esperando decir lo que tú nos señales,
Esperando decir lo que no dice el tiempo.

Te esperamos, Ciudad, a que digas lo que no hemos podido;
A que traigas
Lo que no hemos hallado.
Te esperamos, con esta luz herida.






Cea, nace en la ciudad de Izalco, departamento de Sonsonate, el 10 de Abril de 1939.    En El Salvador es unos de los autores más prolíficos de la actualidad. Ha escrito poesías, narraciones, novelas, cuentos, teatro, ensayos. De este último genero dos trabajos muy importantes son; uno sobre la pintura y otro sobre el teatro en El Salvador. Algunos críticos señalan que mientras un sector de la poesía hispanoamericana sigue los movimientos europeos otro sector ha buscado incorporar a la misma un indigenismo más o menos autentico sin tratar de caer en la imitación, lo cual se logra percibir en la obra de J.R. Cea. "La poesía de Cea es un tipo de poesía que está marcado por el sello de la originalidad. El país de cada escritor define, sin duda, el lenguaje y José Roberto Cea tiene a su modo de expresarse un rico léxico de palabras de allá, con las que abarca lo telúrico y lo mágico, el toque de los prodigioso, que alcanza el verdadero arte en su esfuerzo por acercarnos a lo inefable." El es un autor que ha preferido ser americano apoyandose en facinantes orígenes. Su obra conduce a tomar conciencia de lo nacional. Cea ha ganado muchos premios, entre los principales figura: Premio Internacional de Poesía del Círculo de poetas y escritores iberoamericanos de Nueva York, 1965; Premio 15 de Septiembre en Guatemala, 1965 y 1966; Premio Centroamericano de Teatro, en Quezatenango, Guatemala, 1965; Premio Italia 1972.

1 comment:

JOSÉ LUIS RAMOS FLORES said...

saludos desde puno taquili quechua aymarista

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