FANTASÍA:
EL LUGAR DE EURÍDICE
Por Vanessa Droz
Del viento fue la mordedura pero en la mirada,
del mar y sí en la carne. Del delirio fue el instinto,
el enojo, la certidumbre de que los ojos, en tanto suspiros,
son destinos para siempre. La mordedura fue del tiempo.
Y es sabido que la de un pájaro sella con garantías
el sordo rumor de crimen que emite este lugar a todas horas.
Una paloma en un dintel de San Juan
es una gárgola sin ambición de eternidad
y esta ciudad, el laberinto que me ha sido dado,
el más arduo, el excelente, el más viciado, la catedral buscada,
una torre de Babel para mis juegos.
Mi voluntad de permanecer nunca ha triunfado en mejor prueba
pues este arrojo por mí fue decidido y todo rescate es innecesario.
¿Quién lo ha pedido? ¿Qué alarde es más risible que el de aquél
que se vanagloria de su intento de salvarme?
¿Quién es más pretencioso que aquél que, sin haberme visto nunca,
se atribuye un recorrido que sólo yo he podido hacer?
Por mí es que siete cuerdas tiene la cítara
y si la rueda de Itxión y la piedra de Sísifo se detuvieron
fue por mí, como por mi mandato fue que las sirenas
no cantaran. Quien no puede imitar a Alcestis
no osará entrar en la cuadrícula que he escogido,
perfecta para los crucigramas de la muerte.
En sus portentos he sido yo misma cientos, miles de veces;
cientos, miles de veces, he dejado de serlo,
del mismo modo que esta ciudad es todos los infiernos
deseados cientos, miles de veces.
¿Qué casa pone sus muertos a mirar al mar?
¿Qué infierno nos pone el mar de abrevadero?
¿Qué mar me ha dado mi legítimo reclamo de suspiros,
como del olvido una constelación?
A los habitantes les pregunto, ¿por qué tanta algazara
por alguien que terminará despedazado
cuando soy yo la que está en todas partes?
Los suspiros, que son un anticipo del desvarío,
son más poderosos que la envidia de Orfeo.
Esa mordedura fue lo que vieron mis ojos en sus ojos
cuando intentó asesinarme de nuevo.
Vanessa Droz (Puerto Rico, 1952) es una de las destacadas poetas de la Generación del ’70 en Puerto Rico. Fue miembro de las revistas literarias Zona Carga y Descarga y Penélope o el otro mundo. En 1980, funda con Lilliana Ramos la Revista Reintegro de la cual fue editora. Ha publicado su poesía en revistas y antologías de Puerto Rico como del extranjero. Participa de Encuentros Literarios Internacionales. Es publicista, diseñadora gráfica y ha dictado talleres de poesía en la División de Educación Continua de la Universidad del Sagrado Corazón.
Poesía: La cicatriz a medias (1982), Vicios de ángeles y otras pasiones privadas (1996) Primer Premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña (compartido con el prominente novelista Enrique Laguerre), Estrategias de la Catedral (2009).
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