ALO IRIS / HALO ERES
Por Armando Arteaga
Todos los cantos que anidan los pájaros
tienen una memoria frágil en el tejado
El canto negro de la madrugada anuncia
el viaje del arriero o el crimen del abigeo
El canto rojo de la tarde denuncia
la belleza del sol ocultándose sin despedirse
o la ternura dormida en las manos del anciano
El canto azul después de la cena pronuncia
la indiferencia del piano tocada por dedos flojos
o la dura labor del insecto picando la madera
El canto celeste del final de marzo malversa
el sueño del muchacho –despistado- mirando la calle
o el desprecio del taxista vagando por el muelle
El canto anaranjado de la naranja dispersa
el beso desastroso de la muchedumbre a la imagen
dorada -como una nave- que arrolla la maleza
El canto blanco y limpio del pordiosero loco
o el despertar de una cigarra fumándose un cigarro
no quiere convencer a nadie, ni a la condesa
de mi amor loco, perdido en la costanera, o en la tibieza
de un verano, aquí, de un inverno, allá, lleno de niebla y nieve
anunciando en los trailers de películas en la televisión, con agudeza
tristeza, leída la catástrofe por la relatora de noticias:
aunque en cielo serrano
es buena suerte, crónica anunciada, tiesa
muchacha llamada Theza, voz de pavesa.
1 comment:
Gracias por toda llegada de albor que en el alma se atasca, el cariño,lo más digno, lo humano que brindas con tus letras. Besos y abrazos.
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